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MEMBRIO: FLORDENORA, grosso modo, párrafo segundo OTROSI DIGO....

HISTORIAS PARA NO DORMIR... prefiero esta foto porque estáis como para ir de paseo por la Bética.

El cerdo ibérico (El cochino negro de toda la vida en mi pueblo) procede del Condado de Ampurias. Los trajeron los romanos, cuando desembarcaron por allí persiguiendo a unos cartagineses con los que tenían unos problemas de lindes en Hispania. Los cochinos procedían de Ítaca (Aquello de cuando a Aquiles le clavaron la flecha en el tendón por culpa de una tal Helena que se había “pirado” con Paris, hijo del rey Priamo de Troya, poniéndole los cuernos al rey de Esparta, Menelao)
Aquellos cochinos salvajes, previamente domesticados, eran originarios de la Grecia arcaica. Propiedad eran de una piara que tenía el Rey Agamenón, en las llanuras del Peloponeso. Dice la historia, que el porquero de los cochinos de citado Rey, decía verdades como puños; de ahí el dicho: “La verdad es verdad, la diga Agamenón o su porquero”.
Cuando Roma invadió Grecia, les robaron la cultura y los cochinos. Se los trajeron para Italia y allí en los descampados de la República pululaban tranquilamente, alimentándose de malas hierbas y volviendo al salvajismo. Tales hierbas, provocaban en los cochinos, al margen de diarreas gorrino-colectivas, un malestar general que les llevaban a jozar (No gozar) compulsivamente, como poseídos por una especie de locura gorrinil.
Un romano (Marco Pendonio Mataril) harto de que le jodieran el jardín, arremetió contra uno de aquellos cochinos medio salvajes; saco el pilum (Especie de lanza) y le aplicó las corrientes gorrineras a contrapelo (Es como un estoconazo militar) Llegaron otros romanos y se dijeron: “Vamos a ver a qué sabe esto”. Comprobaron que estaba bueno y a partir de ahí, los volvieron a domesticar con el fin de manducárselos. Otro romano (Publio Cayo Chacinocio) se preguntó el porqué deberían de comérselos a lo bestia. A partir de ahí, usando el gladius (Espada corta) para darles matarile, dióse cuenta de que el sangrado era también provechoso; de tal guisa que inventó la chacina.
Pues, como iba diciendo, los romanos aparecieron por Ampurias cargados de cochinos, con el fin de alimentarse en las conquistas. Al desembarcar, muchos de ellos (Los cochinos, los romanos se fueron de cachondeo por la Costa Brava) se escaparon al monte (Por la zona de Rosas, la Junquera, etc.,) y allí probaron la bellota, que hay mucha (La bellota es un fruto propio de la encina y los alcornoques, originarios también de la zona de los pirineos catalanes) Al probar la bellota, los cochinos alucinaron en colores y se dijeron (Esto lo supongo yo) “De aquí no nos mueve ni Dios”. Craso error.
Cristobal Colón, que había nacido en Gerona pero estaba empadronado en la Junquera, cuando le dio por embarcarse para las Indias, lo hizo desde el puerto de Tarragona, y se llevó algunos gorrinos de estos, también con el fin de alimentar a la tripulación. Pero, un temporal de tres pares de c……, fue a dar con las carabelas cerca de Ayamonte. Los cochinos, esparramaos cada uno por un lado, trocharon Guadiana arriba. Como quiera que por esa zona no hubiera bellotas, y ellos tenían mono, siguieron por el río hasta llegar a Medellín (Un pueblo de Badajoz) Allí los observó un tal Fernando Cortés, y dióse cuenta que aquellos pobres animales pasaban hambre.
Como quiera que por la zona de Medellín no había bellotas y el tal Fernando Cortés, había observado que un cochino al hacer sus necesidades expulsaba unas especies de cáscaras color oscuro, comenzó a investigar. Y llegó a la conclusión de dónde venían los cochinos. Púsose manos a la obra y con toda su cuadrilla, se fue para la zona de Ampurias. Como necesitaba manduque para las conquistas que tenía previstas y por su tierra (Extremadura) se pasaba hambre, decidió (Era un tío muy bruto) no sólo traerse los cochinos sino también las encinas y los chaparros (Bueno, unas simientes) que eran los árboles que daban las bellotas (Los Alcornoques se los trajo más tarde)
Pues, como pueden Vds., comprobar, los Extremeños les robamos el cochino ibérico, las encinas, los alcornoques y demás viandas, a los catalanes. Es cierto que esta historia no sé si es verdad, me la contó un tío que estaba fumando porros en Cadaqués (Lugar hermosísimo, por cierto) hace muchos años. PD. Que en la Junquera es verdad que hay encinas. Bueno, no me acuerdo. Saludos. PC

Buenas noches.
Francisco Javier, ayer estaba con cefaleas fuerte y no tenia ganas de leer, pero me puse a leer tu escrito y, so joío! me hiciste reir, lo túve que leer dos veces, ¡Váya historias que nos cuentas! Sígue así, que tambien gusta leer éstas cosas.

FLORDENORA, grosso modo, párrafo segundo OTROSI DIGO.
Buenos días les deseo, queridas y queridos foreros. En primer lugar, me uno a las felicitaciones por los cumpleaños habidos (Creo que, entre otros, los de Reonda y el hijo de nuestra Fortuna); en segundo, mi cariño y respeto para quienes, en uno u otro orden, los pasan mal. Pues ellos, con su ejemplo, nos enseñan a no hacer montañas con granos de arena.
FLOR DE LA NORA: me alegra mucho cuando los demás disfrutan con algo que yo he hecho. Te habrás dado cuenta que los personajes y los lugares son reales como la vida misma y, aunque en el fondo de la cuestión subyace una crítica soterrada a la cultura de la mentira, la verdad es que pretendo tomármelo con cierta filosofía. Un beso. PC