QUOD NATURA NON DAT, SALMANTICA NON PRAESTAT (Lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta)
Buenos días. Verdaderamente, estimado José Luis, mis historias son un híbrido entre lo apócrifo y lo novelado; por lo tanto, no le hagas mucho caso. Pillo un personaje y hago con él lo que me sale del níspero duodenal. Si Plutarco, historiador greco-romano del siglo I (Ese que escribió las hermosas “Vidas paralelas”) que nació tres siglos después de la segunda guerra púnica, dice lo que dice, será cierto. Me temo, no obstante, que lo de las mujeres sea un poco leyenda (Aunque por aquellos entonces tenían más mala leche que ahora)
Salamanca, cuando el Barca, se llamaría de otra manera y sería seguramente un castro vetón. Después, claro, ¡Salamanca! Respira cultura por los cuatro costados- sólo hablar de su Universidad (La más antigua, dicen, de Europa) su profesorado, te llevaría la tira de tiempo (Fue su rector, entre otros, con 27 años, el insigne extremeño, Muñoz Torrero- El de la Constitución de 1812- La Pepa-)
Pues sí, José Luis, desde la perspectiva de ahora, me hubiese encantado estudiar en esa Universidad; pero, me lo impidieron las “cagás de gallina”. Me queda el consuelo, no obstante, de tener un sobrino (Pequeño gran genio) que hizo medicina ahí, y que ahora hace la especialidad en un hospital salmantino. Pero…amigo José Luis, aunque no estudié en su Universidad, hice un Máster en sociología empírica en citada hermosa villa. Pues iba mucho, mucho (Por cuestiones ajenas a los libros) y tenía, y tengo, un amigo que poseía un pisito (Sus padres- mejor dicho, los padres de su novia-) en una de las esquinas de la plaza mayor… y poníamos el sombrero en el suelo y tocábamos la guitarra, cantábamos como mejor podíamos y a veces nos echaban unas pesetillas; después nos asomábamos por el balconcito (Debajo había un mesón- Claro, que ahora hay muchos-) y el pisito, que era bastante grande, se llenaba de gente, con cierta tendencia a la feminidad. Y aquí, ya me quedo. Un abrazo. PC
Buenos días. Verdaderamente, estimado José Luis, mis historias son un híbrido entre lo apócrifo y lo novelado; por lo tanto, no le hagas mucho caso. Pillo un personaje y hago con él lo que me sale del níspero duodenal. Si Plutarco, historiador greco-romano del siglo I (Ese que escribió las hermosas “Vidas paralelas”) que nació tres siglos después de la segunda guerra púnica, dice lo que dice, será cierto. Me temo, no obstante, que lo de las mujeres sea un poco leyenda (Aunque por aquellos entonces tenían más mala leche que ahora)
Salamanca, cuando el Barca, se llamaría de otra manera y sería seguramente un castro vetón. Después, claro, ¡Salamanca! Respira cultura por los cuatro costados- sólo hablar de su Universidad (La más antigua, dicen, de Europa) su profesorado, te llevaría la tira de tiempo (Fue su rector, entre otros, con 27 años, el insigne extremeño, Muñoz Torrero- El de la Constitución de 1812- La Pepa-)
Pues sí, José Luis, desde la perspectiva de ahora, me hubiese encantado estudiar en esa Universidad; pero, me lo impidieron las “cagás de gallina”. Me queda el consuelo, no obstante, de tener un sobrino (Pequeño gran genio) que hizo medicina ahí, y que ahora hace la especialidad en un hospital salmantino. Pero…amigo José Luis, aunque no estudié en su Universidad, hice un Máster en sociología empírica en citada hermosa villa. Pues iba mucho, mucho (Por cuestiones ajenas a los libros) y tenía, y tengo, un amigo que poseía un pisito (Sus padres- mejor dicho, los padres de su novia-) en una de las esquinas de la plaza mayor… y poníamos el sombrero en el suelo y tocábamos la guitarra, cantábamos como mejor podíamos y a veces nos echaban unas pesetillas; después nos asomábamos por el balconcito (Debajo había un mesón- Claro, que ahora hay muchos-) y el pisito, que era bastante grande, se llenaba de gente, con cierta tendencia a la feminidad. Y aquí, ya me quedo. Un abrazo. PC