JAMÓN DE CERDO QUE ESTAS LLEGANDO Y TE VAS.
¿Quien a esta hora llama?
que me pilla con lo puesto,
las zapatillas y el pijama.
Avón, entiendo y reniego presto.
Insiste el avonero, más pesao que la mojama.
Miro por la mirilla y le veo enhiesto.
Lo que lleva en las manos cambia el panorama.
Esto solo lo veo los años bisiestos.
Y el médico dice que arregla los cardiogramas
Un pernil, pezuña negra, nada modesto.
-Pasa, pasa... que no te de jindama.
Jamón habías dicho, es lo que he supuesto
-Si señor un regalo de su hermana.
Puse cara de sorpresa y él vio el gesto,
pero no se enteró del panorama.
Soy huérfano, hijo único y libre de incestos.
Toma la mejor propina de la semana.
Pensé “no levantes la liebre, sería funesto”.
Un jamón en mi cocina y mi mujer una sultana.
Alimento rico que al comerlo da apresto.
Que me faltan proteínas y no ando bien de pana.
Desayuno, almuerzo, merienda, cena y no molesto
Llaman de nuevo, no abro, no quiero jarana
-Señor ha sido un error, abra y sea honesto.
No me de disgustos que empeoro de la almorrana.
-Me he equivocado de planta, no me haga esto.
-Vuelva usted luego o mejor mañana,
ahora, y de pronto, me siento indispuesto.
Me he encariñado de la pata, no me quite mi nirvana.
-Lo siento, le devuelvo la propina y así contrarresto.
Giro el pestillo y le miro con desgana.
-Veo que mi mentira ha quedado en manifiesto,
así, que le devuelvo el jamón de malagana.
Si durante unos minutos fui feliz, ahora es lo opuesto.
Lloro por soleá lo que antes era una sardana.
Y miro el espacio vacío de mi sueño depuesto.
En lugar de rica carne me tomo una valeriana.
Secándome las lágrimas, en silencio me acuesto,
sobre la cama y tapado con la sábana,
pensé “la próxima vez actúo con mas arresto”.
¿Quien a esta hora llama?
que me pilla con lo puesto,
las zapatillas y el pijama.
Avón, entiendo y reniego presto.
Insiste el avonero, más pesao que la mojama.
Miro por la mirilla y le veo enhiesto.
Lo que lleva en las manos cambia el panorama.
Esto solo lo veo los años bisiestos.
Y el médico dice que arregla los cardiogramas
Un pernil, pezuña negra, nada modesto.
-Pasa, pasa... que no te de jindama.
Jamón habías dicho, es lo que he supuesto
-Si señor un regalo de su hermana.
Puse cara de sorpresa y él vio el gesto,
pero no se enteró del panorama.
Soy huérfano, hijo único y libre de incestos.
Toma la mejor propina de la semana.
Pensé “no levantes la liebre, sería funesto”.
Un jamón en mi cocina y mi mujer una sultana.
Alimento rico que al comerlo da apresto.
Que me faltan proteínas y no ando bien de pana.
Desayuno, almuerzo, merienda, cena y no molesto
Llaman de nuevo, no abro, no quiero jarana
-Señor ha sido un error, abra y sea honesto.
No me de disgustos que empeoro de la almorrana.
-Me he equivocado de planta, no me haga esto.
-Vuelva usted luego o mejor mañana,
ahora, y de pronto, me siento indispuesto.
Me he encariñado de la pata, no me quite mi nirvana.
-Lo siento, le devuelvo la propina y así contrarresto.
Giro el pestillo y le miro con desgana.
-Veo que mi mentira ha quedado en manifiesto,
así, que le devuelvo el jamón de malagana.
Si durante unos minutos fui feliz, ahora es lo opuesto.
Lloro por soleá lo que antes era una sardana.
Y miro el espacio vacío de mi sueño depuesto.
En lugar de rica carne me tomo una valeriana.
Secándome las lágrimas, en silencio me acuesto,
sobre la cama y tapado con la sábana,
pensé “la próxima vez actúo con mas arresto”.