Aunque os deseo buenos días, la naturaleza nos supera. Sopla el viento con “Animus injuriandi” y a través del cristal de la ventana de mi solitario sitio (Algunos lo llaman lugar, despacho, etc.) observo unos pájaros posados en las ramas de un árbol. El recuerdo puede a la poesía y me ha venido a la memoria la edad de la alegría, en la que se incluye - porqué no- la escopeta de aire comprimido que a mi hermano afanaba temporalmente. Ha sido un lapso castellano. Pero, es que los pajaritos fritos me gustan mucho. Saludos. PC
Saludos Francisco Javier, menuda mañanita atrancado a cal i canto si dura otros diez minutos te digo que es el fin del mundo. Pocas veces he visto viento/agua tan fuerte, por suerte a durado poco y los colegiales ya en clase.