Buenas noches hermanos, después de haber estado unos días de reflexión, he llegado a la conclusión, que me voy a poner a dieta del cucurucho, si porque tras la nueva iniciativa de dejar de fumar, hay que hacer mucho deporte, tanto físico como mental, pero el mental, que sea enfocándolo en las fiestas y amigos, porque de nada vale, comerse el coco, con estos LADRONES consentidos, porque no olvidemos, que son consentidos por los que le dan su voto, ojo que no me refiero a nadie concretamente, pero el mapa político, es el que hay, y lo mismo monta tanto que tanto monta, porque los dos se tapan con la justicia todos sus robos y atrocidades que están haciendo con los ciudadanos, he ahí, el tema porque no funciona la justicia, bueno, de que no funciona, es entre comillas, porque solo funciona para el delincuente de poca monta, porque los ahí que llevan robando desde el año 90 y siguen paseando impunemente por las calles.
Bueno, al final, no quiere hablar uno de estos temas, y es irremediable, que no se hable con tanta INJUSTICIA social que hay y la que seguirá viniendo, pero a mí que me registren, yo me confieso, que no he vivido por encima de mis posibilidades, que tenga mi conciencia bien tranquila, porque con el destino de mi voto, no he colaborado a seguir manteniendo a los chorizos en el poder, y como no le veo salida al tema, el que la ha liado que lo desenrede y mientras tanto, iré solidarizándome cuando mi conciencia me lo dicte, y ya para ir terminando, terminare como empecé, con la dieta del cucurucho, seguir pedaleando, que ya llevo unos km e ir preparándose para los carnavales que ya están a la vuelta, ya huelen las coles que van a poner en la plaza, que bien con un plato de cole, aunque no quede ya ni una presina, con un vaso de vino. Va por ustedes, los carnavales nos esperan si no hay ningún contratiempo. Ser felices y no permitáis que nadie os robe vuestra felicidad.
Bueno, al final, no quiere hablar uno de estos temas, y es irremediable, que no se hable con tanta INJUSTICIA social que hay y la que seguirá viniendo, pero a mí que me registren, yo me confieso, que no he vivido por encima de mis posibilidades, que tenga mi conciencia bien tranquila, porque con el destino de mi voto, no he colaborado a seguir manteniendo a los chorizos en el poder, y como no le veo salida al tema, el que la ha liado que lo desenrede y mientras tanto, iré solidarizándome cuando mi conciencia me lo dicte, y ya para ir terminando, terminare como empecé, con la dieta del cucurucho, seguir pedaleando, que ya llevo unos km e ir preparándose para los carnavales que ya están a la vuelta, ya huelen las coles que van a poner en la plaza, que bien con un plato de cole, aunque no quede ya ni una presina, con un vaso de vino. Va por ustedes, los carnavales nos esperan si no hay ningún contratiempo. Ser felices y no permitáis que nadie os robe vuestra felicidad.
Buen día, estimado PISAERA, ¡Cuánto tiempo! Deseo que lo paséis de p. m. en los carnavales- yo, de esta no creo que pueda estar y la verdad es que me gustaría. De lo que comentas, obviamente, es casi mejor no planteárselo, más que nada porque nos afecta al estómago. Pero, por otra parte, si no decimos nada, da la sensación de que nos importa todo un pepino, que en realidad es el asidero donde se agarran los unos y los otros para danzar sobre el lodo. En España- La gran Nación que un día poblara inmensa gente- se suele decir: “Ponerme donde haya que de llevármelo ya me encargaré yo”. Así que nos queda el triste consuelo de- haciendo un ejercicio de empatía choricil- saber que si no “afanamos” es porque no estamos en el lugar adecuado en el momento oportuno. Eso debe de pensar la sociedad en general cuando observa a los que no tienen posibilidad de tocar madera. De tal guisa, lo que se corrompe no sólo es la cosa crematística sino, lo que es aún peor, las costumbres. Entonces, el que tiene que juzgar ha sido puesto en el puesto por el que tiene que ser juzgado. Y, por lo general, cada uno afana en el ámbito en el que puede; los unos, en los consejos de administración de las llamadas “Cajas públicas”- donde el dinero, obviamente, según la filosofía más conveniente, no es de nadie- y allí, sentados, los de todos los colores políticos con sus correspondientes sindicatos, elevan la plegaria al señor de los créditos para seguir mangoneando; los otros, pues yendo a la farmacia con la cartilla del tatarabuelo que “palmó” hace cuarenta años, o cobrando una pensión de quién se fue al barrio de los tristes en tiempos de Napoleón. Todo por el módico precio de…”A río revuelto, ganancia de pescadores” o “quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón”. La cuestión es que las personas presuntamente honradas tienen que esconderse en el agujero de la vergüenza. Porque, a más abundamiento, si tienes posibilidades y no lo haces, te llaman IMBÉCIL. Así que…”Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes ya desmoronados…” que dijera Quevedo. El caso es que si expreso cuál sería la solución, estaría más tiempo en prisión que si lo llevase a efecto. <<DELENDA EST CARTAGO>> Un abrazo fuerte. PC