En un dia como hoy, por aqui en la capital de provincia, donde la lluvia y el frio son amos y señores, me llegan a la mente recuerdo de sonidos como: El rebuzno nocturno de los burros, el cacareo de las gallinas escarbando en la calle, las patadas de las mulas en la cuadra, el "chiflido" del pastor convocando a las ovejas, los gritos del vendedor ambulante, los del pregonero, las ruedas del carro sobre el empedrado, el rebaño entrando en los "tinaos", el run-rún del trillo, y el rastrillo en la era, el llenado de los sacos con las medias fanegas, el grito de un cerdo, el chiflo del afilador, el machaqueo del herrero, los cantares del obrero (¿ya nadie canta en el tajo?). Son muchos los sonidos que conocí de niño y que, como los linces, y otras especies, se han extinguido.
Se los he tratado de explicar a mis hijos y no he podido. ¿Cómo explicas un sonido? Sí es verdad, les cuentas lo que eran esas actividades desaparecidas, para qué servían, tratas de introducirles en la ensoñación de tus recuerdos, pero es inútil.
Paseas por las eras, ahora repletas de grano acumulado en altos montones, y al paso de las cosechadoras y los tractores con aire acondicionado intentas explicar a los niños cómo se cosechaba antes con la hoz o cómo se trillaba a lo largo de tediosas jornadas bajo un sol implacable, arreando desmayado a los bueyes y burros, buscando en el botijo el frescor imposible. Los sonidos perdidos resultan imposibles de imaginar.
Sólo volviéndolos a escuchar podríamos rememorar ese mundo rural desaparecido, pero los muertos son mudos. Tan sólo nos queda su recuerdo, que en un esfuerzo nostálgico podríamos recuperar entre todos una vez al año, en los veraneos en el pueblo, aunque sólo fuera para que no se pierdan, para que no los olvidemos.
Me encanta este articulo, me recuerda todo lo que vivi, escuche, durante mi infancia en nuestro pueblo,, eran otros tiempos.
Aun hay pueblos que en ciertas epocas del año, reeditan antiguas profesiones, como era la siega, como se trillaba las mieses, utilizan aperos de epoca, y convive todo el pueblo en unas fiestas llenas de recuerdos.
Espero y deseo que sea de vuestro agrado, un abrazo, que tengais un feliz "finde"
Se los he tratado de explicar a mis hijos y no he podido. ¿Cómo explicas un sonido? Sí es verdad, les cuentas lo que eran esas actividades desaparecidas, para qué servían, tratas de introducirles en la ensoñación de tus recuerdos, pero es inútil.
Paseas por las eras, ahora repletas de grano acumulado en altos montones, y al paso de las cosechadoras y los tractores con aire acondicionado intentas explicar a los niños cómo se cosechaba antes con la hoz o cómo se trillaba a lo largo de tediosas jornadas bajo un sol implacable, arreando desmayado a los bueyes y burros, buscando en el botijo el frescor imposible. Los sonidos perdidos resultan imposibles de imaginar.
Sólo volviéndolos a escuchar podríamos rememorar ese mundo rural desaparecido, pero los muertos son mudos. Tan sólo nos queda su recuerdo, que en un esfuerzo nostálgico podríamos recuperar entre todos una vez al año, en los veraneos en el pueblo, aunque sólo fuera para que no se pierdan, para que no los olvidemos.
Me encanta este articulo, me recuerda todo lo que vivi, escuche, durante mi infancia en nuestro pueblo,, eran otros tiempos.
Aun hay pueblos que en ciertas epocas del año, reeditan antiguas profesiones, como era la siega, como se trillaba las mieses, utilizan aperos de epoca, y convive todo el pueblo en unas fiestas llenas de recuerdos.
Espero y deseo que sea de vuestro agrado, un abrazo, que tengais un feliz "finde"
FALCO bonita exposición de los sonidos y es cierto que nosotros los que ya tenemos una cierta edad, recordamos los sonidos que refieres y es cierto que eso no se puede transmitir ni a los hijos ni tampoco a la esposa como es mi caso que es del norte y no ha tenido las mismas ni parecidas vivencias.
Saludos
Saludos