LA PESETA.
Adiós para siempre. Adiós.
Compañera de mi vida. Adiós.
Fuiste buena compañera.
En las penas y alegrías
me quitabas el frío
de los bolsillos,
el hambre del estómago,
y contigo por delante
entraba en cualquier parte.
Mi querida Peseta
te conocí de pequeña.
Eras de plata y esbelta,
con el paso de los años
te cambiaron el color.
Tenías un color dorado
yo más bien diría rubia.
Y así te llamamos un montón de años.
Después te hicieron
ligera y pequeñita,
de un color casi blanco.
Y mi Peseta querida
fuiste cayendo en picado,
te fuiste devaluando,
y ahora mi Peseta querida
te jubilaron.
Pero no tengas pena,
irás para un museo
guardada en una caja
y así pasarás a la Historia
con unas letras doradas
y buena caligrafía, que diga:
“Aquí yace la Peseta española”
Así lo escribiría Rosalía:
Adiós querida Peseta.
Adiós para siempre. Adiós.
Ya quedas para la historia.
Adiós.
Adiós para siempre. Adiós.
Compañera de mi vida. Adiós.
Fuiste buena compañera.
En las penas y alegrías
me quitabas el frío
de los bolsillos,
el hambre del estómago,
y contigo por delante
entraba en cualquier parte.
Mi querida Peseta
te conocí de pequeña.
Eras de plata y esbelta,
con el paso de los años
te cambiaron el color.
Tenías un color dorado
yo más bien diría rubia.
Y así te llamamos un montón de años.
Después te hicieron
ligera y pequeñita,
de un color casi blanco.
Y mi Peseta querida
fuiste cayendo en picado,
te fuiste devaluando,
y ahora mi Peseta querida
te jubilaron.
Pero no tengas pena,
irás para un museo
guardada en una caja
y así pasarás a la Historia
con unas letras doradas
y buena caligrafía, que diga:
“Aquí yace la Peseta española”
Así lo escribiría Rosalía:
Adiós querida Peseta.
Adiós para siempre. Adiós.
Ya quedas para la historia.
Adiós.