La Parra que solita está y da pena verla así, ya no es lo que fue en tiempos pasados, mujeres sentadas en las sillas poniendo remiendos en la ropa, gallinas y gatos en la calle, muchachas jugando a la comba, muchachos jugando a los bolindres, el cura que va y viene a la Iglesia, y los labradores y obreros preparando las hoces para la siega.
Pero ya se nos ha olvidado, que en los canchos del rellano en la puerta de la iglesia había un "PIQUEO" con sus"pozas", excavado en los mismos canchos... hasta principio de los 60 aproximadamente. Nuestro tío Camilo, fue un campeón de este juego. Imaginémos como sería antes el pueblo.... incomprensible (para nosotros no) hoy que nuestros antepasados jugaron a este desaparecido juego en la misma puerta de la iglesia. Olvidamos demasiado pronto... los hijos, nuestros hijos es una generación perdida para estas cosas... Tenemos la "sacro" deber de enseñarselo a nuestros nietos. Que así sea. SALUDOS.