MEMBRIO: Buenos días. Efectivamente, amigo Chifle, tu discrepancia...

Discrepar está muy bien, enriquece; discrepar sin base ni conocimientos, embrutece. Lógicamente, tenemos cierta tendencia compulsiva a querer opinar de todo- condición de nuestra especie- y es evidente que de todo no sabemos. Lo ideal sería opinar de lo que sabemos; el problema consiste en saber de qué creemos saber, porque en verdad creemos saber de todo cuando en realidad no sabemos de nada (El famoso “Sólo sé que no sé nada” de la mujer de Sócrates) Cuando el famoso filósofo, se sentaba a discutir con los sofistas, inventó lo que se llaman los “diálogos”- una forma de discutir, según su discípulo Platón- Tolerancia suma, pero con el convencimiento de que el que más sabía era él. Discutamos, solía decir, pero buscando la verdad; es decir: ¡Argumenten Ustedes! y a través de su argumentación yo les haré llegar a la conclusión. ¡Claro! Los demás sabían que él era el que sabía. Y, hablaron de la República, del amor, etc. Por machacón, y pido disculpas por el rollo, llegué hace mucho tiempo a una serie de conclusiones: una, que la mentira es la única verdad universal; otra, que mi silencio es lo más elocuente; otra, que como mejor estoy- cuando estoy- con una señora, es en la cama. Discrepar, dijo Nerón, y discrepó solo el muy c… Saludos. PC

Bon dia Membrilleros y Foreros.
Amigo PC, discrepo que fuera sólo la mujer de Sócrates la que no supiera nada, aunque con ello superara a la mayoría de las mujeres que ni esto siquiera saben, están también las del Sr. Bárcenas, Iñaqui...... que tampoco sabían nada; mala suerte tengo yo, que la mia, la joia, se entera de todo. Saludos.

Buenos días. Efectivamente, amigo Chifle, tu discrepancia es correcta. He hecho mención a la mujer de Sócrates, porque éste a lo que se ve (Lo leí, aunque no te lo creas) era tonto y su mujer la auténtica filósofa; ocurre que en aquellos tiempos las mujeres no podían opinar y entonces se le asignaba el mérito al marido. Al margen la tontería, como podrás comprobar, la mujer de Sócrates lo sabía todo; es decir, sabía tanto que sabía que no sabía. Parecido a lo de Teresa de Ávila (Santa ella) “Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero que muero porque no muero”. O sea sé, que estaba aquí pero no estaba y se moría por las ganas de morirse… (La poesía y la filosofía tienen esas cosas)
Las mujeres que no se enteran de nada son aquellas que tienen muchas cosas de qué enterarse…y callarse; las que se enteran de todo- Es decir, las nuestras- es porque en realidad tienen pocas cosas de qué enterarse…salvo, las cuestiones de faldas que, como sabemos, no es cosa delictiva, aunque ciertamente sea penosa. Lógicamente, existen excepciones. La madre del sindicalista de los ERES de Andalucía, por lo visto, le dijo a la Guardia Civil que su hijo tenía perras p’a dar y tomar. Claro que las madres son las madres y ella, a lo que se ve, no sabía-pobre mujer- de donde procedía la pasta del nene. De haberlo sabido, concluyo que no le habría dicho nada a la benemérita; salvo que se llevase mal con el hijo. Hombre, amigo Chifle, si llegas a casa un día ¡Ojalá! Con un Ferrari, que menos que tu señora te pregunte de dónde lo has sacado…salvo que esté tan acostumbrada a los ferraris, que uno más no importe. En fin, saludos. PC