M. M. Hili y yo os mandamos un fuerte abrazo a ti y a toda tu familia con el deseo de que os ayude a sobrellevar estos momentos de dolor en los que estáis inmersos por la muerte de vuestro querido padre.
Siempre quedará en mis recuerdos de niño asustadizo, aquel gran bigote negro que lucía el “Guardia Magro”, como así solíamos llamarle. A vosotros, como hijos, seguro que su bigote os hacía cosquillas ¡cuando él os besaba!. A nosotros, como niños “medroncos”, que no levantábamos un palmo del suelo, y lo digo por mí, otro tipo de cosquillas se nos gestaban dentro ¡cuando él nos miraba! Sin poderla contener afloraban en mi piel erizando mis pelillos y sonrojando mi negro y callejero “renegrío”. Y es que, por entonces, un bigotillo imponía respeto, pero un gran bigote sencillamente ¡impresionaba! Querido M. M., así aprendí yo a respetar a la Guardia Civil, y por las fechas que te cuento, solo pocos años atrás acabaría de dejar la escuela de los cagones.
Con ese recuerdo cariñoso que profeso por tu padre y con el deseo de que nos podamos ver pronto, reitero mi abrazo para toda la familia y especialmente para ti.
Siempre quedará en mis recuerdos de niño asustadizo, aquel gran bigote negro que lucía el “Guardia Magro”, como así solíamos llamarle. A vosotros, como hijos, seguro que su bigote os hacía cosquillas ¡cuando él os besaba!. A nosotros, como niños “medroncos”, que no levantábamos un palmo del suelo, y lo digo por mí, otro tipo de cosquillas se nos gestaban dentro ¡cuando él nos miraba! Sin poderla contener afloraban en mi piel erizando mis pelillos y sonrojando mi negro y callejero “renegrío”. Y es que, por entonces, un bigotillo imponía respeto, pero un gran bigote sencillamente ¡impresionaba! Querido M. M., así aprendí yo a respetar a la Guardia Civil, y por las fechas que te cuento, solo pocos años atrás acabaría de dejar la escuela de los cagones.
Con ese recuerdo cariñoso que profeso por tu padre y con el deseo de que nos podamos ver pronto, reitero mi abrazo para toda la familia y especialmente para ti.