Manué y en alguna que otra
huerta de la ribera, si te llegan a ver los Rosales de entonces, como corríamos, parecíamos galgos, aunque bien pensao, los orales no necesitaban correr, ya nos cogían la delantera y casi siempre nos cogían,! Se puede saber de donde vienen ustedes!, cuantas disculpas les buscábamos para salir del paso.
Saludos