Pues si Amigos del patrimonio, la lotería tiene muchas caras, alegría tristeza, envidias, avariciosos u un montón de cosas que suelen salir a relucir, CUANDO TOCA LA LOTERIA, le dije a la hermana Violeta, que ya se la contaría en privado, pero te diré, que as provocado que hable de ello, y como no puede ser te halare de lo vivido.
Ya, cuando saque esta idea de participar, cada uno con un decimo, LO DIJE, que la suerte es de cada uno, es personal e intransferible, por ello cada uno jugamos nuestro decimo, ósea, que las interferencias para que no nos toque, las hemos eliminados, ¿Por qué creo en esto? pues una vez, una amiga de la mujer me leyó la mano y me dijo, que cuando comprara lotería que la comprara para mí mismo, pero el caso, que ella me encargaba todo los años que le comprara, ya que el primer año, nos toco 15 mil peseta, donde trabajaba Fernando Mogena.
Bueno, al tema, que si no me alargo, pues si, yo no creía en la lotería y en muchas cosas, hasta que me toco y me toco de la siguiente forma, trabajábamos 8 compañeros en cuadrilla, 4 de Vegaviana y dos de ellos eran hermanos,, 3 de Moraleja y dos de ellos hermano, un intimo amigo y yo, te quieres creer que de los ochos nos toco a 4 y de las dos parejas de hermano que había solo le toco a uno de cada pareja, esa es la SUERTE, ahora te contare el resto. Resulta que salimos en dirección de Vitoria, mi amigo y yo teníamos la familia allí, paramos a desayunar, mi amigo lo primero que ve cuando entramos, es el numero en la pantalla, yo le digo, mira a ver, sal de duda, pero dime qué quieres para desayunar, pues yo seguía en lo mío, ni caso a la lotería, cuando oigo decir, que este es el numero, el tío contentísimo, cuando recapacita, me dice, ¡si tú también lo tienes! que te los pase yo, pues era verdad, resulta que el día que llevaron las participaciones cuando yo llegue ya estaba repartidas y no tenían más, pero mi amigo, es muy ahorrador, NO tacaño, porque nunca me lo demostró, pues como llevaba recargo de 200 pts., me paso la mitad, seguimos con la historia, pues como dije antes que no creía, las papeletas y lo que jugara, siempre los ponía en cualquier sitio en casa de mi hermana, a si que la llamo y se lo comento, me reafirma que tengo solo una, ¡si vieras a mi amigo! Empieza a cavilar, pues si tienes una, la otra la tengo en yo casa, a si que él echaba la cuenta, de que tenia 2 kilos más, en la siguiente parada, me dice mi hermana, que sí, que hay otra, dice mi amigo, caguen en diez, le había vuelto a bajar la bolsa.
Yo en esos momentos me viene dos cosas a la mente, alegría por haberme regalado el coche que acababa de comprar y la tristeza que me acompaño gran parte del viaje, por no poder compartir la alegría con mi padre, ya que hacia nueves meses que nos había dejado.
Mientras tanto, dos hermanos de Vegaviana viajaban a Madrid en buscar de las participaciones, y uno de ellos sabía que no las había comprado, pero, por si acaso, él hizo el viaje también, los más grave y fuerte fue que uno de los otros dos hermanos, al que le había tocado, le regalo una participación a su madre y al enterarse, todos los días dándole la paliza a su madre, que si tal, que si cual, que al final, la madre, tuvo que darle la participación, para que la dejara en paz.
ADP, el dinero ayuda mucho a ser feliz, pero no lo es todo, yo juego, para por si acaso, pero apuesto muchos más, por los decimos que están en esta fotografía.
Ya, cuando saque esta idea de participar, cada uno con un decimo, LO DIJE, que la suerte es de cada uno, es personal e intransferible, por ello cada uno jugamos nuestro decimo, ósea, que las interferencias para que no nos toque, las hemos eliminados, ¿Por qué creo en esto? pues una vez, una amiga de la mujer me leyó la mano y me dijo, que cuando comprara lotería que la comprara para mí mismo, pero el caso, que ella me encargaba todo los años que le comprara, ya que el primer año, nos toco 15 mil peseta, donde trabajaba Fernando Mogena.
Bueno, al tema, que si no me alargo, pues si, yo no creía en la lotería y en muchas cosas, hasta que me toco y me toco de la siguiente forma, trabajábamos 8 compañeros en cuadrilla, 4 de Vegaviana y dos de ellos eran hermanos,, 3 de Moraleja y dos de ellos hermano, un intimo amigo y yo, te quieres creer que de los ochos nos toco a 4 y de las dos parejas de hermano que había solo le toco a uno de cada pareja, esa es la SUERTE, ahora te contare el resto. Resulta que salimos en dirección de Vitoria, mi amigo y yo teníamos la familia allí, paramos a desayunar, mi amigo lo primero que ve cuando entramos, es el numero en la pantalla, yo le digo, mira a ver, sal de duda, pero dime qué quieres para desayunar, pues yo seguía en lo mío, ni caso a la lotería, cuando oigo decir, que este es el numero, el tío contentísimo, cuando recapacita, me dice, ¡si tú también lo tienes! que te los pase yo, pues era verdad, resulta que el día que llevaron las participaciones cuando yo llegue ya estaba repartidas y no tenían más, pero mi amigo, es muy ahorrador, NO tacaño, porque nunca me lo demostró, pues como llevaba recargo de 200 pts., me paso la mitad, seguimos con la historia, pues como dije antes que no creía, las papeletas y lo que jugara, siempre los ponía en cualquier sitio en casa de mi hermana, a si que la llamo y se lo comento, me reafirma que tengo solo una, ¡si vieras a mi amigo! Empieza a cavilar, pues si tienes una, la otra la tengo en yo casa, a si que él echaba la cuenta, de que tenia 2 kilos más, en la siguiente parada, me dice mi hermana, que sí, que hay otra, dice mi amigo, caguen en diez, le había vuelto a bajar la bolsa.
Yo en esos momentos me viene dos cosas a la mente, alegría por haberme regalado el coche que acababa de comprar y la tristeza que me acompaño gran parte del viaje, por no poder compartir la alegría con mi padre, ya que hacia nueves meses que nos había dejado.
Mientras tanto, dos hermanos de Vegaviana viajaban a Madrid en buscar de las participaciones, y uno de ellos sabía que no las había comprado, pero, por si acaso, él hizo el viaje también, los más grave y fuerte fue que uno de los otros dos hermanos, al que le había tocado, le regalo una participación a su madre y al enterarse, todos los días dándole la paliza a su madre, que si tal, que si cual, que al final, la madre, tuvo que darle la participación, para que la dejara en paz.
ADP, el dinero ayuda mucho a ser feliz, pero no lo es todo, yo juego, para por si acaso, pero apuesto muchos más, por los decimos que están en esta fotografía.
