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MEMBRIO: Escalibada al fuego (para 4): 1 Berenjena de tamaño...

Escalibada al fuego (para 4): 1 Berenjena de tamaño mediano. 3 pimientos grandes rojos. 1cebollas mediana. 1 tomate mediano. 1 diente de ajo pequeño. 8 granos de comino. 1/2 cucharadita de vinagre. Sal (a gusto) y un buen chorrito de aceite de oliva. Al fuego de leña, horno o en una sartén.
Al fuego: encendemos el fuego y colocamos las verduras alrededor que le dé bien en calor, vamos dando vueltas a estar por todos lados asados. Los reservamos dentro de una cazuela o bol tapado hasta que enfríen un poco. Las pelamos y las cortamos a tiras no muy gordas. Reservamos con el jugo colado.
En un mortero, machacamos muy bien, los cominos, sal, el diente de ajo y añadimos el vinagre y por último, añadimos un buen chorro de aceite de oliva, esta salsa la añadimos alas hortalizas y mezclamos muy bien con las manos, en una fuente honda, dejamos reposar y servimos.
Al horno: se precalentará el horno a unos 180 º, siempre aprovechamos el horno para hacer algo mas, pastel, carne, patatas, ect ect, colocamos las hortalizas en una bandeja en medio del horno, damos una vuelta halos 20 minutos, depende del horno, dejamos unos 20 minutos más que veamos que están doraditas por igual, apartamos dejamos enfriar un poco, pelamos, limpiamos de semillas y cortamos a tiras, reservamos con su caldo, bien colado y añadimos lo que tenemos hecho en el mortero (ver arriba).
Solemos hacer para tener varios días, pues es muy habitual en mi casa hacer tostadas con escalibada y anchoas caseras que solemos hacer siempre en casa (ver receta), es un plato sencillo y rápido.
La escalibada es un plato típico catalán y aragonés significa asar al rescoldo, consiste en asar pimientos, berenjenas, cebollas y tomates. La escalibada se toma sola o como acompañante de pescados, carnes, arroz, ensaladillas, para paellas decorarlas y pasta y lo que queramos, mientras nos guste.
Si se tiene para hacer fuego se puede hacer una escalibada riquísima poniendo las hortalizas a fuego vivo en alto o bajo en brasas y dándoles vuelta para que se hagan por todos los lados, como es lógico ese fuego lo aprovecho para hacer, ricas arroces, potajes, carnes o pescados, y algún que otro ahumados. Nuestra barbacoa fue nuestro centro preferido, ella nos transporto al pasado de los sabores y la niñez.
No creemos que haya algo más que nos guste que cocinar al fuego, tenemos en la memoria la silueta de los abuelos con su fuego arriba en el doblao, la del abuelo sentao con la cabeza gacha fumándose un pitillo y confundiendo su humo con el de la lumbre, la olla de barro en un lado calentándose poco a poco.
Nuestro libro podría titular ‘’volver a cocinar a la lumbre’’. El fuego nunca nos dio miedo, su calor aun siendo verano da una sensación de alivio, nos tiremos horas viéndolo sentado junto a el, y recordando tal vez ese fuego en aquel chozo, la voz de fondo de los pastores acarreando el rebaño, esa nieblina entre encinares, ese roció mañanero, ese olor a campo, ese silencio y esa voz ¡chacho ecte muchacho siempre ecta pegao ala lumbre ecta siempre arrecio ¡el inconfundible abuelo, con su chaqueta de pana, la boina, la barba de varios días que ¡como picaba ¡y ese olor a campo. Pues ese sabor tiene la escalibada hecha al fuego mis queridos amigos y amigas a campo y leña, pero estas cosas son pequeñas historias que queremos dejar al lado de nuestras recetas, y tal vez pensando en ellas al comerlas percibamos un poco esos sabores y recuerdos que todos tenemos y que deberíamos transmitir.
Bon día tengáis. L&L un día de enero del 2008