CRONICA SOCIAL-. LA MAREA DEL WHATSAPP.
Estamos siendo invadidos por la “marea del whatsapeando”, y esta no va ser la definitiva, habrá otra marea con el próximo invento, así hasta el final de nuestros días, pasando por todo sin quedarnos con nada, en el fondo nos transformaran en unos “frikis sociales y virtuales”, la contaminación de delirios de estar en lo último en tecnología, nos traicionan con gastos inútiles y traidores, donde nos reparten en minigrupos excluyentes, que no dejan de ser antisociales por muchos amigos virtuales que tengamos, lo poco aburre y lo mucho cansa, de un tiempo a esta parte, he dejado de háblame y juntarme cara a cara con mis amigos, ¿Qué por qué?, me he cansado de que no me miren la cara cuando les hablo, se pierden en la conversación con mirada fija en la pantalla del móvil con necesidad permanente en el contacto virtual, cuando les digo que me voy, te responden sin levantar la mirada, ¡si ¡, hasta otro día, yo en silencio con una indignación de coj….., le respondo entre diente “otro día te va aguantar tu p……m….., que esta no tiene culpa de na, que seguro la pobre en su tiempo no se creía que se podía ser antisocial-real a distancia por un cable, es solamente una expresión a tanta nomofobia, (tener miedo irracional a salir sin el móvil), por la noche el whatsapp lo colocamos para por si acaso, ¿el caso de quién?, si se nos tiene en cuenta bien poco, en la mesilla, por la mañana empezamos respondiendo dando buenos días, repartiendo besos a diestro y siniestro con “un guapa-o que te quiero”, a este mismo lo vemos en la misma calle y nos damos la vuelta para no saludarlo, se ha perdido el atractivo que nos lean la cara de la verdad, que al parecer es el espejo del alma, y el alma se perdió entre redes de banda ancha, evitando fugitivamente el contacto humano, pero eso sí, se comunica guaseando respondiendo de inmediato, como si nos fuera la vida en ello, tendremos miedo a lo auténtico, al ser humano ecológico, a lo real, al pata negra, al decirnos te quiero sin intermediario, nos estaremos volviendo loco sin remedio, usted mismo se haga su propio examen, sin adulterar su realidad y cuéntenos el resultado.
Un día pasaba por un corro de jóvenes en el que decían, me preguntan por el whatsapp que si el amor es virtual o real, no tenía muy claro el concepto de lo uno ni de lo otro, el más avispado le pregunto si le conocía físicamente, la respuesta fue: solo por la pantalla táctil, pues entonces es un amor virtual, respondió la interesada:, ósea “que no somos novios de verdad”, y eso que es bueno o malo, así andamos prenda….
Que decir cuando estas en la sala de espera de un consultorio médico, y cada uno tecleando sin parar, de conversación ni lo intentes, te echan una mirada de perdona vida, transmitiendo con los ojos convertido en antenas de transmisión comunicativa, “y este fenómeno anti-natural de donde ha salido”, porque eso sí, el virtual y el raro somos nosotros, faltaría más, pero esto no queda aquí, pasas a la consulta y observas que el medico entre pregunta y pregunta se tus síntomas, a tiende al imprescindible e infatigable whatsapp, con el disculpe reiterativo, sales de la consulta con peor cara que con la que entraste, la enfermera te dice si te pasa algo, y uno le contesta diplomáticamente para salir del paso, es que lo de venir al médico lo llevamos fatal, por no decirle con sinceridad, lo que llevamos mal es que no nos hagan ni puto caso, y me dejen en la incertidumbre que es lo que me pasa, si es que me pasa algo, nos deja la impresión que lo invisiblemente virtual es más importante que lo humano, en donde se quedan esas conversaciones de grupo abierto, discusiones temperamentales y apasionadas, esas risas rompedoras sin maldad, esa sinceridad de ignorancia sana, ese compartir sueños imposibles, donde ha ido esa amistad sin fecha de caducidad, lo habremos dejado toda nuestra voluntad a disposición de un modernismo influyente donde las personas pasan a ser un código de barra, sin querer ser pesimista, nos sentimos obligado con el derecho a denunciar lo que no nos gusta, es lo que hay…….. tasio……..
Estamos siendo invadidos por la “marea del whatsapeando”, y esta no va ser la definitiva, habrá otra marea con el próximo invento, así hasta el final de nuestros días, pasando por todo sin quedarnos con nada, en el fondo nos transformaran en unos “frikis sociales y virtuales”, la contaminación de delirios de estar en lo último en tecnología, nos traicionan con gastos inútiles y traidores, donde nos reparten en minigrupos excluyentes, que no dejan de ser antisociales por muchos amigos virtuales que tengamos, lo poco aburre y lo mucho cansa, de un tiempo a esta parte, he dejado de háblame y juntarme cara a cara con mis amigos, ¿Qué por qué?, me he cansado de que no me miren la cara cuando les hablo, se pierden en la conversación con mirada fija en la pantalla del móvil con necesidad permanente en el contacto virtual, cuando les digo que me voy, te responden sin levantar la mirada, ¡si ¡, hasta otro día, yo en silencio con una indignación de coj….., le respondo entre diente “otro día te va aguantar tu p……m….., que esta no tiene culpa de na, que seguro la pobre en su tiempo no se creía que se podía ser antisocial-real a distancia por un cable, es solamente una expresión a tanta nomofobia, (tener miedo irracional a salir sin el móvil), por la noche el whatsapp lo colocamos para por si acaso, ¿el caso de quién?, si se nos tiene en cuenta bien poco, en la mesilla, por la mañana empezamos respondiendo dando buenos días, repartiendo besos a diestro y siniestro con “un guapa-o que te quiero”, a este mismo lo vemos en la misma calle y nos damos la vuelta para no saludarlo, se ha perdido el atractivo que nos lean la cara de la verdad, que al parecer es el espejo del alma, y el alma se perdió entre redes de banda ancha, evitando fugitivamente el contacto humano, pero eso sí, se comunica guaseando respondiendo de inmediato, como si nos fuera la vida en ello, tendremos miedo a lo auténtico, al ser humano ecológico, a lo real, al pata negra, al decirnos te quiero sin intermediario, nos estaremos volviendo loco sin remedio, usted mismo se haga su propio examen, sin adulterar su realidad y cuéntenos el resultado.
Un día pasaba por un corro de jóvenes en el que decían, me preguntan por el whatsapp que si el amor es virtual o real, no tenía muy claro el concepto de lo uno ni de lo otro, el más avispado le pregunto si le conocía físicamente, la respuesta fue: solo por la pantalla táctil, pues entonces es un amor virtual, respondió la interesada:, ósea “que no somos novios de verdad”, y eso que es bueno o malo, así andamos prenda….
Que decir cuando estas en la sala de espera de un consultorio médico, y cada uno tecleando sin parar, de conversación ni lo intentes, te echan una mirada de perdona vida, transmitiendo con los ojos convertido en antenas de transmisión comunicativa, “y este fenómeno anti-natural de donde ha salido”, porque eso sí, el virtual y el raro somos nosotros, faltaría más, pero esto no queda aquí, pasas a la consulta y observas que el medico entre pregunta y pregunta se tus síntomas, a tiende al imprescindible e infatigable whatsapp, con el disculpe reiterativo, sales de la consulta con peor cara que con la que entraste, la enfermera te dice si te pasa algo, y uno le contesta diplomáticamente para salir del paso, es que lo de venir al médico lo llevamos fatal, por no decirle con sinceridad, lo que llevamos mal es que no nos hagan ni puto caso, y me dejen en la incertidumbre que es lo que me pasa, si es que me pasa algo, nos deja la impresión que lo invisiblemente virtual es más importante que lo humano, en donde se quedan esas conversaciones de grupo abierto, discusiones temperamentales y apasionadas, esas risas rompedoras sin maldad, esa sinceridad de ignorancia sana, ese compartir sueños imposibles, donde ha ido esa amistad sin fecha de caducidad, lo habremos dejado toda nuestra voluntad a disposición de un modernismo influyente donde las personas pasan a ser un código de barra, sin querer ser pesimista, nos sentimos obligado con el derecho a denunciar lo que no nos gusta, es lo que hay…….. tasio……..