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Barbacoa: Suele ser muy tradicional las recetas preparadas en el fuego, en este caso en casa siempre hubo un buen fuego con leña dura, que la brasa no se nos gaste pronto y con unos utensilios apropiados.
Un buen asado de los alimentos con fuego es un buen higienizan té, pero cuidado, si se excede, puede generar sustancias químicas nocivas para la salud.
Alimentos a temperaturas elevadas, sobre todo carnes y pescados en la barbacoa, o cocer cereales como pan o pizza en hornos de leña puede provocar, si hay contacto directo con la llama, la formación de compuestos tóxicos para la salud. Por tanto, cocinar a la brasa debe hacerse de manera que los alimentos no entren en contacto con el fuego para evitar que se queme la superficie del alimento y que quede crudo el interior.
Cocinar los alimentos de forma adecuada ayuda a eliminar bacterias patógenas, mejora la seguridad biológica y añade sabor a las recetas. Pero debe tenerse en cuenta que cocinar en exceso los alimentos
puede generar riesgos, así que es indispensable conseguir un equilibrio entre una cocción insuficiente y una excesiva que los queme. En este caso, pueden formarse hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), como el benzopireno y el dibenzoantraceno. Estos compuestos tienen capacidad mutagénica y se suelen producir durante la preparación de alimentos a elevadas temperaturas, sobre todo si hay contacto directo con la llama. Es recomendable, por tanto, que la cocción se realice con el calor de las brasas, no por el contacto directo con la llama a fin de evitar la formación de contaminantes de proceso.
Los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) son sustancias que se producen cuando se cocina carne o pescado a temperaturas elevadas, como asar a la parrilla con fuego directo. Según el Instituto Nacional del Cáncer estadounidense, los HAP "se forman cuando la grasa y los jugos de la carne gotean en el fuego y provocan llamas, que contienen HAP que se adhieren a la superficie de la carne". Estas sustancias pueden originarse también con otros procesos de preparación, como el ahumado. Según el mismo instituto, los HAP "son mutagénicos, es decir, ocasionan cambios en el ADN que pueden aumentar el riesgo de cáncer".
Para evitar la exposición a este tipo de sustancias, es recomendable: Preparar el fuego con suficiente antelación para generar brasas. No exponer la carne de forma directa a las llamas y evitar una cocción prolongada. Girar la carne con frecuencia sobre la fuente de calor reduce la formación de aminas heterocíclicas.
Eliminar las posibles partes requemadas que hayan podido crearse.
Utilizar marinados y reducir la temperatura de la parrilla y limpiarla bien después de cada uso. L&L