Bueno la cocina no nos deja de sorprender y la amiga Mari Carmen nos preparo esta delicia que si no las probamos no nos las comemos ya que no entran por el ojo y eso nos hace pensar que debemos primero probar y después criticar.
Gachas manchegas (para 4)
4 cucharadas de harina de almortas.
4 vasos de agua buena.
4 dientes de ajos, pelados y troceados.
2 cucharadas de aceite de oliva.
2 trozos de panceta fresca cortadas a tiritas.
2 chorizos de atar, cortados a rodajas.
1 cucharadita de pimenton dulce de la vera.
Sal (a gusto).
La receta: en una olla doramos los ajos con el aceite y los sacamos, añadimos el beicon y lo freímos que suelte bastante grasa, lo doramos junto a las rodajas de chorizo, los sacamos y en el mismo aceite, añadimos la harina y mezclamos muy bien, añadimos el agua, el pimentón y la sal y sin dejar de mover, las gachas se irán espesando, quedando como una bechamel hasta que el primer hervor nos indiquen que están listas para añadir los ajos, la panceta y los chorizos fritos. Reposo de unos minutos y a degustar esta delicia un poco olvidada y con mala fama. Así lo hicimos y así lo comimos. L&L.
La almorta: chícharo, guija, pito o tito (Lathyrus sativus) es una especie perteneciente a la familia de las Leguminosas (Fabáceas), conocida en el ámbito mediterráneo, y también en Asia y África.
Índice
El nombre científico de esta planta es Lathyrus sativus y su nombre común, dependiendo del sitio, son los de almorta, alverjón, arveja, arvejo cantudo, arvejote, bichas, cantuda, cicércula, chícharo, diente de muerto, fríjol de yerba, garbanzo de yerba, guija, muela, pedruelo, pinsol, pito o tito.
La harina de almorta se consume en muchos pueblos españoles y constituye la base de las gachas manchegas. Son un complemento en sopas, guisos, ensaladas y otros platos salados, se suelen comer untando pan. Baja en grasas y con alto contenido en fibra. Su abuso puede producir una enfermedad denominada latirosis o latirismo, afección de parálisis muscular, debido a su composición de ciertos aminoácidos llamados latirógenos que plantean problemas neurotóxicos en las personas tal como se demostró en la población española durante el hambre de la posguerra civil.
Gachas manchegas (para 4)
4 cucharadas de harina de almortas.
4 vasos de agua buena.
4 dientes de ajos, pelados y troceados.
2 cucharadas de aceite de oliva.
2 trozos de panceta fresca cortadas a tiritas.
2 chorizos de atar, cortados a rodajas.
1 cucharadita de pimenton dulce de la vera.
Sal (a gusto).
La receta: en una olla doramos los ajos con el aceite y los sacamos, añadimos el beicon y lo freímos que suelte bastante grasa, lo doramos junto a las rodajas de chorizo, los sacamos y en el mismo aceite, añadimos la harina y mezclamos muy bien, añadimos el agua, el pimentón y la sal y sin dejar de mover, las gachas se irán espesando, quedando como una bechamel hasta que el primer hervor nos indiquen que están listas para añadir los ajos, la panceta y los chorizos fritos. Reposo de unos minutos y a degustar esta delicia un poco olvidada y con mala fama. Así lo hicimos y así lo comimos. L&L.
La almorta: chícharo, guija, pito o tito (Lathyrus sativus) es una especie perteneciente a la familia de las Leguminosas (Fabáceas), conocida en el ámbito mediterráneo, y también en Asia y África.
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El nombre científico de esta planta es Lathyrus sativus y su nombre común, dependiendo del sitio, son los de almorta, alverjón, arveja, arvejo cantudo, arvejote, bichas, cantuda, cicércula, chícharo, diente de muerto, fríjol de yerba, garbanzo de yerba, guija, muela, pedruelo, pinsol, pito o tito.
La harina de almorta se consume en muchos pueblos españoles y constituye la base de las gachas manchegas. Son un complemento en sopas, guisos, ensaladas y otros platos salados, se suelen comer untando pan. Baja en grasas y con alto contenido en fibra. Su abuso puede producir una enfermedad denominada latirosis o latirismo, afección de parálisis muscular, debido a su composición de ciertos aminoácidos llamados latirógenos que plantean problemas neurotóxicos en las personas tal como se demostró en la población española durante el hambre de la posguerra civil.