Malva
A la malva se la conoce por diversos nombres como: Malva isabela, malvarrosa, malva de las Indias y cañamera real,
Es una planta de la familia de las malváceas.
Su tallo ramoso crece tanto en climas semitropicales como templados.
Posee hojas acorazonadas, aunque, en ocasiones, son lobuladas (entre 5 y 7 lóbulos)
Sus flores son de color morado o rosa y sus frutos contiene varias semillas secas. Es una planta rica en vitaminas A.
Los griegos antiguos y los romanos conocían la malva, ya que la consumían en abundancia con otros vegetales y la usaban, también, para aliviar diferentes dolencias.
En ese sentido, Pitágoras la calificaba de planta sagrada al tener propiedades antiinflamatorias y calmar todo tipo de erupción. Horacio indicaba que sólo se alimentaba de aceitunas, achicoria y malvas mientras que Cicerón se daba verdaderos atracones de malvas, a las que atribuía la claridad de su voz.
Durante la Edad Media, la malva continúo siendo considerada una planta curativa. Santa Hildegarda la aconsejaba contra el dolor de cabeza y las afecciones renales y de las vías urinarias.
Propiedades curativas
En la actualidad, se ha podido confirmar que la malva combate problemas respiratorios como la bronquitis y la amigdalitis.
Igualmente, se puede usar en caso de estreñimento, ya que es un laxante ligero.
De forma externa, se puede usar para aclarar manchas causadas por el Sol y el embarazo. Además, se usa para eliminar los forúnculos, combatir, mediante gargarismos, gingivitis y aftas, y para aliviar los dolores de la artritis y la gota.
A la malva se la conoce por diversos nombres como: Malva isabela, malvarrosa, malva de las Indias y cañamera real,
Es una planta de la familia de las malváceas.
Su tallo ramoso crece tanto en climas semitropicales como templados.
Posee hojas acorazonadas, aunque, en ocasiones, son lobuladas (entre 5 y 7 lóbulos)
Sus flores son de color morado o rosa y sus frutos contiene varias semillas secas. Es una planta rica en vitaminas A.
Los griegos antiguos y los romanos conocían la malva, ya que la consumían en abundancia con otros vegetales y la usaban, también, para aliviar diferentes dolencias.
En ese sentido, Pitágoras la calificaba de planta sagrada al tener propiedades antiinflamatorias y calmar todo tipo de erupción. Horacio indicaba que sólo se alimentaba de aceitunas, achicoria y malvas mientras que Cicerón se daba verdaderos atracones de malvas, a las que atribuía la claridad de su voz.
Durante la Edad Media, la malva continúo siendo considerada una planta curativa. Santa Hildegarda la aconsejaba contra el dolor de cabeza y las afecciones renales y de las vías urinarias.
Propiedades curativas
En la actualidad, se ha podido confirmar que la malva combate problemas respiratorios como la bronquitis y la amigdalitis.
Igualmente, se puede usar en caso de estreñimento, ya que es un laxante ligero.
De forma externa, se puede usar para aclarar manchas causadas por el Sol y el embarazo. Además, se usa para eliminar los forúnculos, combatir, mediante gargarismos, gingivitis y aftas, y para aliviar los dolores de la artritis y la gota.