NOTICIA TENERIFE. LA LAGUNA.
El beato lagunero ya es San José de Anchieta
El papa Francisco firma el decreto que convierte en santo al conocido como Apóstol de Brasil
El jesuita José de Anchieta (La Laguna, 1534) se convirtió ayer, a las 11:00 hora canaria, en San José de Anchieta. El Papa Francisco lo inscribió oficialmente en el catálogo de los santos y extendió a la iglesia universal el culto del jesuita tinerfeño, conocido además como el Apóstol del Brasil. El anuncio oficial llegó al mediodía de la mano de la Radio Vaticana.
De esta forma, el lagunero se convirtió en el segundo santo canario después de la canonización, el 30 de julio de 2002 en Guatemala, del también tinerfeño Hermano Pedro.
El decreto papal también sirvió para elevar a los altares a María de la Encarnación, conocida como la Madre de la Iglesia católica en Canadá, y a Francisco de Montmorency-Laval, obispo, destacado también por su carisma misionero en tierras canadienses. Se da la casualidad de que los tres, junto con el Hermano Pedro y la joven Catalina Tekakwitha, fueron beatificados el mismo día de 1980 por el fallecido Juan Pablo II.
El beato lagunero ya es San José de Anchieta
El papa Francisco firma el decreto que convierte en santo al conocido como Apóstol de Brasil
El jesuita José de Anchieta (La Laguna, 1534) se convirtió ayer, a las 11:00 hora canaria, en San José de Anchieta. El Papa Francisco lo inscribió oficialmente en el catálogo de los santos y extendió a la iglesia universal el culto del jesuita tinerfeño, conocido además como el Apóstol del Brasil. El anuncio oficial llegó al mediodía de la mano de la Radio Vaticana.
De esta forma, el lagunero se convirtió en el segundo santo canario después de la canonización, el 30 de julio de 2002 en Guatemala, del también tinerfeño Hermano Pedro.
El decreto papal también sirvió para elevar a los altares a María de la Encarnación, conocida como la Madre de la Iglesia católica en Canadá, y a Francisco de Montmorency-Laval, obispo, destacado también por su carisma misionero en tierras canadienses. Se da la casualidad de que los tres, junto con el Hermano Pedro y la joven Catalina Tekakwitha, fueron beatificados el mismo día de 1980 por el fallecido Juan Pablo II.