En el tiempo de Cristo, Zaragoza era una rica villa romana. Después de la tolerancia con que trataban a los cristianos durante el mandato de Galileo, su sucesor, el emperadorDiocleciano, en sucesivos decretos, ordenó persecuciones generales contra ellos en todo el mundo romano.
En España los mártires comenzaron a caer en Gerona y terminaron en Zaragoza. El historiador Prudencio recogió muchos de sus nombres poco antes del 400.
En Zaragoza murieron por Jesucristo Sta. Engracia y sus dieciocho compañeros: Lupercio (su tío), Optato, Suceso, Marcial, Urbano, Julio, Quintiliano, Publio, Frontonio, Félix, Ceciliano, Evencio, Primitivo, Apodemio, Matutino, Casiano, Fausto y Januario.
La Roma que se jactaba de ser la creadora del derecho y la defensora de la justicia se mancha con sangre inocente.
Además de Santa Engracia y sus compañeros, los mártires aquí enterrados incluyen a Luperto y Lamberto cerca de sus urnas se conservan las "Santas Masas" para designar a una multitud de mártires cuyos nombres se desconocen.
Santa Engracia -patrona de Zaragoza- y sus compañeros fueron al martirio en el año 303. Era ella una noble joven que visitaba a Zaragoza procedente de otras tierras. Por su fidelidad a Cristo sufrió grandes torturas. La azotaron asida a una columna, fue arrastrada por la ciudad atada a la cola de un caballo y por fin le hincaron un garfio de hierro en la frente. El cuerpo de la Santa fue sepultado honrosamente en una urna de mármol y los dieciocho compañeros fueron puestos en un sepulcro contiguo.
En España los mártires comenzaron a caer en Gerona y terminaron en Zaragoza. El historiador Prudencio recogió muchos de sus nombres poco antes del 400.
En Zaragoza murieron por Jesucristo Sta. Engracia y sus dieciocho compañeros: Lupercio (su tío), Optato, Suceso, Marcial, Urbano, Julio, Quintiliano, Publio, Frontonio, Félix, Ceciliano, Evencio, Primitivo, Apodemio, Matutino, Casiano, Fausto y Januario.
La Roma que se jactaba de ser la creadora del derecho y la defensora de la justicia se mancha con sangre inocente.
Además de Santa Engracia y sus compañeros, los mártires aquí enterrados incluyen a Luperto y Lamberto cerca de sus urnas se conservan las "Santas Masas" para designar a una multitud de mártires cuyos nombres se desconocen.
Santa Engracia -patrona de Zaragoza- y sus compañeros fueron al martirio en el año 303. Era ella una noble joven que visitaba a Zaragoza procedente de otras tierras. Por su fidelidad a Cristo sufrió grandes torturas. La azotaron asida a una columna, fue arrastrada por la ciudad atada a la cola de un caballo y por fin le hincaron un garfio de hierro en la frente. El cuerpo de la Santa fue sepultado honrosamente en una urna de mármol y los dieciocho compañeros fueron puestos en un sepulcro contiguo.