EL SACAMANTECA-. EL JUICIO.
En el juicio afirmó que una noche mientras dormía en su chabola, recibió la visita de una sombra negra, el mismísimo diablo, que le ordenó cometer aquellos crímenes.
En el informe forense de Bernardo de Quirós se recogía; “ Su cráneo, su frente parece la de un neandertal. Mandíbulas prominentes. Es un macho brutal, un monstruo. Su rostro está lleno de asimetrías. Un enigma de la moderna antropología. Y en los crímenes algo extraño le ha obligado a actuar. El dice que ha sido el demonio.”
Ramón Apráiz, un prestigioso médico alavés, junto a once colegas dictaminaron que no existía en Díaz de Garayo enajenación mental, siendo perfectamente consciente de lo que hacía.
En el juicio afirmó que una noche mientras dormía en su chabola, recibió la visita de una sombra negra, el mismísimo diablo, que le ordenó cometer aquellos crímenes.
En el informe forense de Bernardo de Quirós se recogía; “ Su cráneo, su frente parece la de un neandertal. Mandíbulas prominentes. Es un macho brutal, un monstruo. Su rostro está lleno de asimetrías. Un enigma de la moderna antropología. Y en los crímenes algo extraño le ha obligado a actuar. El dice que ha sido el demonio.”
Ramón Apráiz, un prestigioso médico alavés, junto a once colegas dictaminaron que no existía en Díaz de Garayo enajenación mental, siendo perfectamente consciente de lo que hacía.