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Alqueva: sobra agua y falta gente:

Los portugueses aprovechan el atractivo del mayor pantano de Europa mucho mejor que los extremeños

Amieira (Portugal) creó en 2007 un club náutico que emplea a 22 personas, tiene unas treinta embarcaciones amarradas y ofrece cruceros a la carta.

Las grandes extensiones de agua de las que presume Extremadura tienen un desafío por delante en Alqueva: que la gente acuda a ellas a bañarse y a navegar. Los portugueses lo están consiguiendo. A los españoles les está costando un poco más.

Como se sabe, a la región le tocó una porción – el 14 por ciento– del mayor embalse de Europa desde que en 2002 la presa construida en la localidad portuguesa de Alqueva empezara a contener el Guadiana e inundara lo que había alrededor.

Este nuevo tramo ensanchado del río tiene 83 kilómetros de largo, un enorme mar interior de agua dulce que desde más de diez años baña localidades de la provincia de Badajoz como Olivenza –concretamente su pedanía de Villareal–, Cheles y Villanueva del Fresno, en este caso un poco más alejada del agua.

Pero si hay un lugar donde ya están sacando partido a este paisaje acuático es en la orilla de enfrente, la de Portugal. Allí el desarrollo turístico y la actividad náutica gracias a Alqueva ya se está apreciando en las localidades ribereñas. Pueblos como Monsaraz, Campinho o Amieira han construidos pequeños puertos náuticos que se llenan de personas cada fin de semana. Por contra, embarcaderos como los de Villanueva del Fresno o Cheles están vacíos o con sus rampas sumergidas por errores de cálculo.

El lago

Alqueva en imágenes

Arriba, embarcadero de Cheles, semihundido y vacío. Abajo a la izquierda, Marina de Amieria (Portugal), el club naútico de referencia en la zona de Alqueva; a la derecha, Playa de Cheles, a la que acaban de poner arena y que en verano se llena / Casimiro Moreno.

Para entender que no se vean barcos amarrados en el lado español hay que tener en cuenta la falta de vigilancia y las restricciones a la navegación impuestas por la Confederación Hidrográfica del Guadiana en la parte española y que no existen del lado portugués, una frontera marcada con boyas que los navegantes tienen muy en cuenta pues hasta hace poco las multas de la Guardia Civil por parte del Seprona eran frecuentes.

De hecho, el ferry con pasajeros que salía de Amieira y paraba en Cheles suprimió este recorrido en 2010 por esta razón. Tanto la idea de la CHG como organismo competente, como la de la Junta de Extremadura, que tiene las competencias en turismo, es flexibilizar la normativa para que el gran pantano de Alqueva genere riqueza en la región.

Hay proyectos de alojamientos rurales en la parte extremeña que han visto el atractivo del agua, pero de momento la lista en Portugal supera de largo a la española. Alexandro Almeida, desde la recepción del pequeño hotel Santo Condestavel de Monsaraz, comentaba esta semana que este pueblo y su fortaleza ya era turístico antes de aparecer el gran embalse, pero desde que tiene unas impresionantes vistas hacia esta gran masa de agua y permite actividades como ski acuático, wake board, alquiler de embarcaciones o paseos en barco la afluencia ha aumentado y han surgido nuevos alojamientos.

Marco Rodrigues es uno de los 22 empleados que trabaja en la Marina de Amieira, abierta en 2007. Confirma todo lo anterior y señala desde un amplio restaurante panorámico con zona wifi sus casas-barco alquilables, una idea copiada de los canales franceses y algunos pueblos ribereños alemanes. «Recibimos turistas de todas las partes del mundo. Este año ha venido de Suiza, Alemania, Israel, Estados Unidos y hasta de Sudáfrica. Van equipadas con gps, sonda y solo se necesita una hora y media de formación antes de salir a navegar».

Rodrigues afirma que «la economía local de la zona ha mejorado (en el pueblo cercano de Cumeada ha surgido un gran taller de reparación de barcos), pero no solo por el turismo sino también en la agricultura al haber más facilidades para regar. Además, hay pueblos al lado de Alqueva como Mourao que empezaron la construcción de un hotel con campo de golf hace un año. Había muchas más ideas para atraer a un turismo de lujo, pero se han paralizado por la crisis».

Villareal y Cheles sí apuestan

En estos momentos, del lado español, solo hay dos iniciativas bien encaminadas, aunque mucho más modestas, todas gracias a fondos públicos. Una es el Club Náutico Marina de Villareal, en el término municipal de Olivenza, fundado hace dos años y a media hora de Badajoz. La otra es la zona de baños de Cheles, que es muy visitada y a la que, entre otras mejoras, le acaban de poner arena para simular una playa.

En el caso de Villareal (Olivenza), existe un pantalán (estructura flotante para amarrar barcos) con 16 tomas de luz y capacidad para unas cuarenta embarcaciones. En estos momentos se está terminando la obra de un restaurante con vistas al agua y una zona de césped con grada y merendero. La obra empezó en octubre y se espera que esté lista en verano. Además, hay varias casetas para la gestión del club, donde su presidente, el pacense Andrés Bas, espera que puedan impartir cursos de vela que fomenten la afición a navegar entre la población cercana.

El Club Náutico Marina de Villareal tiene unos treinta socios, pero éstos no dejan allí sus barcos todavía por miedo a que se meta gente o los roben, reconoce Bas, que cree que en cuanto las obras concluyan, esté hecho el cerramiento y haya vigilancia la situación cambiará a mejor. De momento, el día 31 se celebra una travesía que llenará de barcos esta parte de Alqueva.

Este pacense aficionado cree que se está desperdiciando el gran recurso que puede llegar a ser Alqueva «por culpa de un ecologismo cerril». Además de una legislación más permisiva con la navegación, Bas cree que «se debe permitir cierta edificabilidad». Pone de referencia los lagos suizos. «Allí la gente vive de cara al agua, navega y hay ferrys que son como autobuses-barco. Está lleno de gente y es un turismo de calidad. Si se dejara comprar terrenos y construir llegarían las inversiones».

Varios kilómetros hacia el sur, Cheles tiene la ventaja de que sus aguas son más profundas y están al lado del pueblo. Además, una carretera que quedó cortada por la inundación sirve de rampa para echar los barcos al agua. Pero parte del embarcadero queda bajo el agua en cuanto sube el nivel. Está vacío. Solo coge ambiente el restaurante que hay unos metros más arriba en días festivos. Entre semana está cerrado.

Lo que sí tiene éxito es la playa, a la que se llega por otro camino perfectamente señalizado. El jueves pasado había más de veinte personas acondicionando este lugar de esparcimiento al que se acercan cientos de personas en cuanto llega el calor. Seis trabajadores de la empresa Tragsa echaron hace un mes toneladas de arena traída de Badajoz para recrear una playa de más de 200 metros de largo y unos diez metros de ancho. La zona tiene duchas, servicios, columpios y un chiringuito que el Ayuntamiento saca a subasta cada cuatro años. El resto de trabajos en marcha son merenderos de madera con sombra y un cerramiento para que el ganado no invada la zona. Todo esto estará listo este verano.

Lo que tardará unos meses más será el albergue juvenil denominado ‘Playa de Cheles’. En esta obra iniciada en noviembre trabajan varios jóvenes de una escuela taller del Sexpe. Según explica su monitor, Cayetano Pardo, «además del albergue habrá 14 chozos de la Diputación, unos aseos y una oficina». No muy lejos hay dos casas rurales cuyo atractivo, además de la dehesa extremeña, es ahora la cercanía del agua.

José Antonio Rodríguez, un joven de Cheles que construye el albergue, explica que «esto antes era un río que se podía cruzar andando. Desde que está aquí el pantano y se hizo la playa hace cinco años el chiringuito se llena. Viene la gente del pueblo, pero sobre todo turistas de fuera. Hay muy buen ambiente, atracciones flotantes y se pueden alquilar canoas y barcas de pedales. En los fines de semana hay cola», dice. Tal es la pujanza de este lugar que en el pueblo, según cuenta, se plantean mudar la romería a esta playa.

La siguiente localidad extremeña que podría beneficiarse de Alqueva es Villanueva del Fresno. Pero el hándicap hasta el agua es un recorrido por caminos de más de media hora. Una vez en el embarcadero, de nuevo aparece vacío. Al lado, una caseta para avistar aves y un pescador solitario. Unos metros más arriba, varios bungalows recién construidos que han elegido las vistas al pantano como reclamo.

A pocos kilómetros de este pueblo se puede cruzar a Portugal, donde todo cambia. No hay demasiados barcos navegando, pero se nota una cultura náutica incipiente, información enfocada a la navegación en las oficinas de turismo y una oferta variada de actividades fluviales. El máximo exponente es la Marina de Amieira, con 26 barcos amarrados (hay tres propietarios españoles) y una amplia carta de cruceros de distinta duración que lleva a comer a sus pasajeros a los restaurantes que han surgido a la orilla de Alqueva, desde donde se pueden visitar pueblos alentejanos muy singulares.

Antonio Álvarez Alarcón, presidente de la Federación Extremeña de Vela, es claro: «Los poderes públicos de la región quieren hacer algo para que esto cambie, pero falta constancia, por eso en Extremadura los pueblos ribereños viven de espaldas al agua y no se plantean que esto pueda ser fuente de riqueza. Portugal lo ha enfocado muchísimo mejor desde el principio».

http://www. hoy. es/extremadura/201404/26/alque va-sobra-agua-falta-2014042621 0750. html
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
PACO J. es una lástima, por lo que he leído, en nuestro País solo hay trabas para todo y el país vecino nos come la tostada, es lo que hay diría TASIO.
Saludos
Perdon respondemos, las prisas. Que cierto es VALDIO, no sabes lo que es ir a una reunion y la responsable del ayuntamiento encima te heche la barrila indignada. Claro que tensamos la cuerda por escrito y salimos en prensa, peor lo publicamos en facebook (risas).
Es lo que hay, hasta mañana.