En
Membrio nunca hubo pescadería con
pescado fresco y no hacía falta porque el
pesca en aquellos tiempos cuando se bebía
agua del
pozo las traía en una
bicicleta, más tarde en un carromato de tres ruedas y más tarde en un camión no frigorífico, en todos los casos con el sol que les daba a las sardinas y sables quedaban fritas en el
camino y cuando las vendía iban derechas al plato y no sobraban ni las espinas para los gatos. Jesús, Jesús… cuando decían: Pito, pito, Gorgorito, ¿Dónde vas tan bonito?,
... (ver texto completo)