-San Bernabé, apóstol, Chipre, hacia 61.
-Santos Félix y Fortunato, mártires, Aquileya, 296.
-San Parisio, monje, Bolonia (Italia), 1267.
-Traslación del cuerpo de San Gregorio Nacianceno, Roma, 1580.
-San Espínolo o Espín, abad, Tréveris, siglo VII.
-San Manasés, obispo de Troyes (Francia), 993.
-Beatos Pedro Rodríguez, Mendo Valle, Damián Vaz, Alvaro García, Esteban Vázquez y Valerio de Odra, caballeros de Santiago, y García Rodríguez, martirizados en Tavira de Portugal en 1242. Prisioneros de los moros en una salida que hicieron hacia el territorio musulmán, estos bravos caballeros de la Cruz fueron martirizados por los enemigos de la fe. Con ellos murió un mercader que se llamaba García Rodríguez.
-Santa Rosalina, virgen, priora en un convento de monjas cartujas, Provenza (1329), cuya vida está llena de heroicas virtudes y sucesos extraordinarios.
-Beato Juan de Avelino. Nacido en 1250, pertenecía a una noble familia napolitana. Su juventud fue la de muchos otros guerreros de su tiempo: duelos, saqueos, violencias. De repente dejó las armas y se hizo lego franciscano. Toda su vida fue luego un prodigio de penitencia y de humildad. Dios le favoreció con éxtasis, los milagros brotaban a su paso sin él darse cuenta, y las gentes le veneraban como a un santo. Murió en 1313.
-San León III, papa, Roma, 816. Romano de nacimiento, fue educado en la escuela pontificia de Letrán, donde se distinguió por su piedad y aplicación. En 795 fue elegido papa. Inmediatamente escribió a Carlomagno, con quien le unieron siempre las más cordiales relaciones. Fue un modelo de prudencia y de piedad, pero algunos envidiosos se conjuraron contra él, y el día de San Marcos de 799 le sorprendieron en una emboscada, le sacaron los ojos, le cortaron la lengua y le dejaron tendido en el suelo. Afortunadamente, un milagro devolvió a León el uso de la vista y del habla. Enterado de aquel atentado, Carlomagno pasó a Italia con un ejército, hizo justicia, dió muchas posesiones al pontífice, y él fue coronado emperador el día de Navidad del año 800. Así fue restablecido el Imperio romano de Occidente. Después León devolvió la visita al emperador en Aquisgrán. De vuelta en Roma, se consagró por entero a fomentar la piedad en el clero. El era tan devoto, que con frecuencia, decía misa ocho y nueve veces cada día.
-Santos Félix y Fortunato, mártires, Aquileya, 296.
-San Parisio, monje, Bolonia (Italia), 1267.
-Traslación del cuerpo de San Gregorio Nacianceno, Roma, 1580.
-San Espínolo o Espín, abad, Tréveris, siglo VII.
-San Manasés, obispo de Troyes (Francia), 993.
-Beatos Pedro Rodríguez, Mendo Valle, Damián Vaz, Alvaro García, Esteban Vázquez y Valerio de Odra, caballeros de Santiago, y García Rodríguez, martirizados en Tavira de Portugal en 1242. Prisioneros de los moros en una salida que hicieron hacia el territorio musulmán, estos bravos caballeros de la Cruz fueron martirizados por los enemigos de la fe. Con ellos murió un mercader que se llamaba García Rodríguez.
-Santa Rosalina, virgen, priora en un convento de monjas cartujas, Provenza (1329), cuya vida está llena de heroicas virtudes y sucesos extraordinarios.
-Beato Juan de Avelino. Nacido en 1250, pertenecía a una noble familia napolitana. Su juventud fue la de muchos otros guerreros de su tiempo: duelos, saqueos, violencias. De repente dejó las armas y se hizo lego franciscano. Toda su vida fue luego un prodigio de penitencia y de humildad. Dios le favoreció con éxtasis, los milagros brotaban a su paso sin él darse cuenta, y las gentes le veneraban como a un santo. Murió en 1313.
-San León III, papa, Roma, 816. Romano de nacimiento, fue educado en la escuela pontificia de Letrán, donde se distinguió por su piedad y aplicación. En 795 fue elegido papa. Inmediatamente escribió a Carlomagno, con quien le unieron siempre las más cordiales relaciones. Fue un modelo de prudencia y de piedad, pero algunos envidiosos se conjuraron contra él, y el día de San Marcos de 799 le sorprendieron en una emboscada, le sacaron los ojos, le cortaron la lengua y le dejaron tendido en el suelo. Afortunadamente, un milagro devolvió a León el uso de la vista y del habla. Enterado de aquel atentado, Carlomagno pasó a Italia con un ejército, hizo justicia, dió muchas posesiones al pontífice, y él fue coronado emperador el día de Navidad del año 800. Así fue restablecido el Imperio romano de Occidente. Después León devolvió la visita al emperador en Aquisgrán. De vuelta en Roma, se consagró por entero a fomentar la piedad en el clero. El era tan devoto, que con frecuencia, decía misa ocho y nueve veces cada día.