
Que tendrá Podemos que todavía no ha entrado en Extremadura en ninguna institución y ya todo el mundo habla de ellos. En la Asamblea de Extremadura también. Muchas de sus señorías han hecho cábalas extrapolando los resultados de las pasadas elecciones europeas del 25-M y han visto que entraría en el reparto de escaños si por fin se baja el listón del 5 al 3% de los votos, pero que aún con el 5% actual podría incluso tener un hueco mínimo dada su tendencia alcista. La posibilidad existe en resumidas cuentas.
Este nuevo partido, de sello rompedor, que castiga al resto de formaciones puesto que se presenta sin herencias ni ataduras, ha captado la atención de un buen número de electores, lo que preocupa a todos los partidos, pero sobre todo al PSOE e Izquierda Unida, al tener que pescar sus votos en el mismo mar ideológico.
Decía Ibarra que era difícil que PSOE e Izquierda Unida se pudieran entender. Según explicaba, venían a ser dos puestos en el mercado que vendían los mismos productos y, en consecuencia, se hacían la competencia. Eran otros tiempos, los de la pinza y el voto útil, pero el símil vale para preguntarse ahora qué puede pasar dentro de un año, si de dos opciones de izquierda se pasa a tres: ¿Subirán todos o se repartirá tanto el voto que, al final, no ganará ninguno?
A fecha de hoy, hacer pronósticos sería absurdo, porque con tanto tiempo por delante es imposible acertar, pero de lo que no cabe ninguna duda es que los socialistas y también los dirigentes de la coalición de izquierdas van a estar vigilando a Podemos todo el tiempo y, cuando llegue el momento, a sus candidatos. No en vano, saben que una de sus posibilidades pasa por el pacto y hay que ir preparándose mental e ideológicamente por si llega el caso.
Mientras tanto, el PP tampoco las tiene todas consigo. Saben que UPyD puede robarle votos, lo mismo que al PSOE, ojo, porque este partido nadie sabe muy bien dónde está. Si se extrapolaran los resultados de las europeas, la formación de Rosa Díez entraría en el reparto de escaños claramente, logrando hasta 3 diputados nada menos en el Parlamento de Extremadura. Los populares tienen claro que acogen un espectro ideológico de derechas y que su crecimiento tiene que venir por el centro. Mucha gente no lo recordará, pero en el último congreso del PP, el celebrado justo después de ganar las elecciones de 2011, se aprobó dar un giro a la formación, arrimarse al centro y, de paso, tratar de ocupar el centro izquierda, al que consideraban "huérfano de referentes".
En contra de los planteamientos nacionales de Génova, de liberales y conservadores, los populares extremeños quieren ser de centro y, si les dejan, de centro izquierda, lo que en ocasiones se tilda de populismo. Sin embargo, Monago sabe que Extremadura no es España y que aquí la derecha pura y dura sigue rechinando por 'señoriteo'. Entiende que el electorado conservador está garantizado y que su crecimiento debe dirigirse hacia el lado contrario. Lo único que pasa es que, con esa actitud, puede que los adeptos se vean defraudados y no opten por otros, pero tampoco por ellos.
En fin, lo que sí se puede afirmar es que PP o PSOE gobernarán. Al fin y al cabo, como ya se ha dicho, juntos reúnen más de 75% de los votos en Extremadura, cuando a nivel nacional han bajado del 50%. Lo que no está tan claro es si será en solitario, con otra formación o con varias. Veremos.
Este nuevo partido, de sello rompedor, que castiga al resto de formaciones puesto que se presenta sin herencias ni ataduras, ha captado la atención de un buen número de electores, lo que preocupa a todos los partidos, pero sobre todo al PSOE e Izquierda Unida, al tener que pescar sus votos en el mismo mar ideológico.
Decía Ibarra que era difícil que PSOE e Izquierda Unida se pudieran entender. Según explicaba, venían a ser dos puestos en el mercado que vendían los mismos productos y, en consecuencia, se hacían la competencia. Eran otros tiempos, los de la pinza y el voto útil, pero el símil vale para preguntarse ahora qué puede pasar dentro de un año, si de dos opciones de izquierda se pasa a tres: ¿Subirán todos o se repartirá tanto el voto que, al final, no ganará ninguno?
A fecha de hoy, hacer pronósticos sería absurdo, porque con tanto tiempo por delante es imposible acertar, pero de lo que no cabe ninguna duda es que los socialistas y también los dirigentes de la coalición de izquierdas van a estar vigilando a Podemos todo el tiempo y, cuando llegue el momento, a sus candidatos. No en vano, saben que una de sus posibilidades pasa por el pacto y hay que ir preparándose mental e ideológicamente por si llega el caso.
Mientras tanto, el PP tampoco las tiene todas consigo. Saben que UPyD puede robarle votos, lo mismo que al PSOE, ojo, porque este partido nadie sabe muy bien dónde está. Si se extrapolaran los resultados de las europeas, la formación de Rosa Díez entraría en el reparto de escaños claramente, logrando hasta 3 diputados nada menos en el Parlamento de Extremadura. Los populares tienen claro que acogen un espectro ideológico de derechas y que su crecimiento tiene que venir por el centro. Mucha gente no lo recordará, pero en el último congreso del PP, el celebrado justo después de ganar las elecciones de 2011, se aprobó dar un giro a la formación, arrimarse al centro y, de paso, tratar de ocupar el centro izquierda, al que consideraban "huérfano de referentes".
En contra de los planteamientos nacionales de Génova, de liberales y conservadores, los populares extremeños quieren ser de centro y, si les dejan, de centro izquierda, lo que en ocasiones se tilda de populismo. Sin embargo, Monago sabe que Extremadura no es España y que aquí la derecha pura y dura sigue rechinando por 'señoriteo'. Entiende que el electorado conservador está garantizado y que su crecimiento debe dirigirse hacia el lado contrario. Lo único que pasa es que, con esa actitud, puede que los adeptos se vean defraudados y no opten por otros, pero tampoco por ellos.
En fin, lo que sí se puede afirmar es que PP o PSOE gobernarán. Al fin y al cabo, como ya se ha dicho, juntos reúnen más de 75% de los votos en Extremadura, cuando a nivel nacional han bajado del 50%. Lo que no está tan claro es si será en solitario, con otra formación o con varias. Veremos.