fue una excursion bonita, ya teniamos ganas de ver este lugar
Muy bien que hayas conocido el pantano de la Jabalina pero ahora te queda por conocer “La encina grande” que es la más grande del entorno en muchos Km., hablemos de ella.
No solo es grande por su altura, anchura y cantidad de bellotas que da al año, también es grande porque con su sombra refresco al labrador, en la lluvia con sus hojas evitó que se mojaran, su tronco los protegió del frío, cuando hacia viento con el ruido del movimiento de ramajes y hojas parecía oírse música celestial, bajo su protección se cocieron muchos pucheros de garbanzos y sus ramas sirvieron de perchas para colgar las alforjas con la fiambrera llenas de chacina, en tiempo desapacible su espacio fue lugar de tertulias……………..
Cuando los labradores estaban lejos en labores del campo, labranza, desguace, sementera, siega, saca….. y miraban al cielo enseguida sus miradas eran puestas en la encina porque sobresalía de todas con humildad y grandeza.
La encina sigue ahí pero ya le falta alegría y vigor porque casi todos los que la amaban se fueron pero desde el cielo seguro que la siguen amando.
Solo añadir que no está en territorio membrillero y para verla hay que pedir autorización a Flordenora. ¡Jesús, Jesús............ la ENCINA GRANDE. Saludos.
No solo es grande por su altura, anchura y cantidad de bellotas que da al año, también es grande porque con su sombra refresco al labrador, en la lluvia con sus hojas evitó que se mojaran, su tronco los protegió del frío, cuando hacia viento con el ruido del movimiento de ramajes y hojas parecía oírse música celestial, bajo su protección se cocieron muchos pucheros de garbanzos y sus ramas sirvieron de perchas para colgar las alforjas con la fiambrera llenas de chacina, en tiempo desapacible su espacio fue lugar de tertulias……………..
Cuando los labradores estaban lejos en labores del campo, labranza, desguace, sementera, siega, saca….. y miraban al cielo enseguida sus miradas eran puestas en la encina porque sobresalía de todas con humildad y grandeza.
La encina sigue ahí pero ya le falta alegría y vigor porque casi todos los que la amaban se fueron pero desde el cielo seguro que la siguen amando.
Solo añadir que no está en territorio membrillero y para verla hay que pedir autorización a Flordenora. ¡Jesús, Jesús............ la ENCINA GRANDE. Saludos.