EL NOVIO DE PUEBLO
Tengo un novio que vino de pueblo
hace cuatro meses, por no decir más,
que es un tonto que no se espabila,
ni aprende las cosas de la capital.
La otra tarde salí de paseo,
por salir de prisa, me fui mal “peiná”,
y le dije: Vámonos al cine,
que allí no se nota con la oscuridad.
Tres horitas lo tuve a mi lado,
tres horitas, y el muy avestruz,
sin tirarme un pellizco siquiera
y eso que en el cine hay tan poca luz.
Vaya un novio “paralizao”,
vaya un novio que a mí me ha “tocao”,
que me mira “asustao”
y se queda “embobao”,
con la cara de primo “alumbrao”
que Dios le ha “dao”.
Como me salga otro novio más listo,
a éste que tengo, lo voy a “despachar”,
que es un tonto que no se espabila
ni aprende las cosas de la capital.
Tengo un novio que vino de pueblo
hace cuatro meses, por no decir más,
que es un tonto que no se espabila,
ni aprende las cosas de la capital.
La otra tarde salí de paseo,
por salir de prisa, me fui mal “peiná”,
y le dije: Vámonos al cine,
que allí no se nota con la oscuridad.
Tres horitas lo tuve a mi lado,
tres horitas, y el muy avestruz,
sin tirarme un pellizco siquiera
y eso que en el cine hay tan poca luz.
Vaya un novio “paralizao”,
vaya un novio que a mí me ha “tocao”,
que me mira “asustao”
y se queda “embobao”,
con la cara de primo “alumbrao”
que Dios le ha “dao”.
Como me salga otro novio más listo,
a éste que tengo, lo voy a “despachar”,
que es un tonto que no se espabila
ni aprende las cosas de la capital.