POR ALGO PASAN LAS COSAS!.
Por algo pasan las cosas
que te suceden aquí,
alegres…o dolorosas…
son perfectas para ti,
y no es nada “personal”
lo que acontezca en tu viaje
para bien…o para mal…
es tan sólo aprendizaje.
Por algo pasan las cosas
que más te cuesta aceptar.
Fue oruga la mariposa
antes de poder volar,
y esa angustia que hoy te quema,
y que te causa desvelo…,
mañana será la gema
que más destelle en tu cielo.
Por algo pasan las cosas!...,
y al ver tus viejos dolores,
verás que de forma hermosa
por fin se volvieron flores...
Y esas de mayor encanto…,
esas de aspecto más tierno…
son las que regó tu llanto
cuando fue crudo tu invierno…
Y de manera asombrosa,
con ese convencimiento,
podrás transformar en rosas
las espinas del momento…
Que si la paz va contigo…,
o si el pesar te destroza…,
en ambos casos, amigo…
¡por algo pasan las cosas…!
Jorge Oyhanarte.
Por algo pasan las cosas
que te suceden aquí,
alegres…o dolorosas…
son perfectas para ti,
y no es nada “personal”
lo que acontezca en tu viaje
para bien…o para mal…
es tan sólo aprendizaje.
Por algo pasan las cosas
que más te cuesta aceptar.
Fue oruga la mariposa
antes de poder volar,
y esa angustia que hoy te quema,
y que te causa desvelo…,
mañana será la gema
que más destelle en tu cielo.
Por algo pasan las cosas!...,
y al ver tus viejos dolores,
verás que de forma hermosa
por fin se volvieron flores...
Y esas de mayor encanto…,
esas de aspecto más tierno…
son las que regó tu llanto
cuando fue crudo tu invierno…
Y de manera asombrosa,
con ese convencimiento,
podrás transformar en rosas
las espinas del momento…
Que si la paz va contigo…,
o si el pesar te destroza…,
en ambos casos, amigo…
¡por algo pasan las cosas…!
Jorge Oyhanarte.
Pensando……………”Levántate y Camina”.
“En una ocasión, Pedro y Juan subían al Templo para la oración de la tarde. Allí encontraron a un paralítico de nacimiento, que ponían diariamente junto a la puerta del Templo llamada “la Hermosa”, para pedir limosna a los que entraban. Cuando él vio a Pedro y a Juan entrar al Templo, les pidió una limosna. Entonces Pedro, fijando la mirada en él, lo mismo que Juan, le dijo: “Míranos”. El hombre los miró fijamente esperando que le dieran algo. Pedro le dijo: “No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y camina”. Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; de inmediato, se le fortalecieron los pies y los tobillos. Dando un salto, se puso de pie y comenzó a caminar; y entró con ellos en el Templo, caminando, saltando y glorificando a Dios. Toda la gente lo vio caminar y alabar a Dios. Reconocieron que era el mendigo que pedía limosna sentado a la puerta del Templo “la Hermosa”, y quedaron asombrados y llenos de admiración por lo que le había sucedido”. Amen.
“En una ocasión, Pedro y Juan subían al Templo para la oración de la tarde. Allí encontraron a un paralítico de nacimiento, que ponían diariamente junto a la puerta del Templo llamada “la Hermosa”, para pedir limosna a los que entraban. Cuando él vio a Pedro y a Juan entrar al Templo, les pidió una limosna. Entonces Pedro, fijando la mirada en él, lo mismo que Juan, le dijo: “Míranos”. El hombre los miró fijamente esperando que le dieran algo. Pedro le dijo: “No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y camina”. Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; de inmediato, se le fortalecieron los pies y los tobillos. Dando un salto, se puso de pie y comenzó a caminar; y entró con ellos en el Templo, caminando, saltando y glorificando a Dios. Toda la gente lo vio caminar y alabar a Dios. Reconocieron que era el mendigo que pedía limosna sentado a la puerta del Templo “la Hermosa”, y quedaron asombrados y llenos de admiración por lo que le había sucedido”. Amen.