La expresión “fueron
felices y comieron perdices” es más que conocida para el final de los cuentos. La expresión no es así sólo porque rime, sino también porque hubo una época en la que la perdiz era un manjar caro que sólo podían permitirse las gentes de más alta cuna, como las
casas reales. Además, y a pesar de que la codorniz también era un ave muy codiciada, la perdiz ha sido en
España durante mucho tiempo el animal favorito para la
caza. No es raro, pues, que en los finales de los cuentos felices,
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