No hay tu tía y tendremos que marcharnos y decir: “fueron felices y comieron perdices “.
La expresión “fueron felices y comieron perdices” es más que conocida para el final de los cuentos. La expresión no es así sólo porque rime, sino también porque hubo una época en la que la perdiz era un manjar caro que sólo podían permitirse las gentes de más alta cuna, como las casas reales. Además, y a pesar de que la codorniz también era un ave muy codiciada, la perdiz ha sido en España durante mucho tiempo el animal favorito para la caza. No es raro, pues, que en los finales de los cuentos felices, además de una boda, se añada un alimento de alta cocina.
A nosotros "VIRGO", cuando decimos que nos gusta la pluma... lo ven extraño. Y es que no se acuerdan cuando e labrador salia con el morral sobre el hombro, decía. "todo lo que vuela a la cazuela". SALUDOS.