Fuimos muy amigos en la calle Parra y jugamos mucho en la calle y junto a la puerta de esa casa que desapareció. Más de una vez estando sentados en el umbral de la puerta y cuando pasaba el cura nos levantamos y corriendo íbamos a decirle: Buenos días, buenas tardes………….. ¡Jesús, Jesús………….. que tiempos!.