MARÍA CRISTINA.
Corría el año 1833 cuando el rey español Fernando VII moría dejando en su testamento el poder regente en manos de su esposa María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. Su hija (futura Isabel II), que tenía por entonces tres años, debía esperar la mayoría de edad para poder ejercer como reina. El nombramiento como Reina Regente de María Cristina hizo estallar la Primera Guerra Carlista (1833-1840) ya que Carlos María Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII, pretendía el trono español al considerar ilegal la regencia de la viuda de su hermano y la entronización futura de su sobrina Isabel pues había ejercido como heredero durante la mayor parte del reinado de su hermano y también se rumoreaba que la infanta era hija del amante de María Cristina. Los carlistas se hicieron fuertes en la zona vasca y navarra y la Reina Regente se sirvió del apoyo de los liberales para defender los intereses de su hija.
El mismo año en que murió su marido, María Cristina se casaría con su amante Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, sargento de su guardia de corps, con el que tuvo hasta ocho hijos. La relación no fue vista positivamente por el pueblo español y bautizaron pícaramente al sargento como Fernando VIII.
Es en ese ambiente bélico en el que aparecerá la canción popular que cita las famosas frases de:
María Cristina me quiere gobernar
y yo le sigo, le sigo la corriente,
porque no quiero que diga la gente
que María Cristina me quiere gobernar…..
Está claro que la canción hace referencia a la regente María Cristina pero no se sabe con exactitud si la cantaban los carlistas a los liberales, los liberales a los carlistas o era una coplilla para burlarse del segundo marido de María Cristina, el sargento de la guardia.
La famosa canción popular de María Cristina se extendió a la isla de Cuba al ser un lugar donde se marchaban los exiliados políticos y fue grabada con unas estrofas nuevas por el cantautor cubano Ñico Saquito (Benito Antonio Fernández Ortiz) en los años 30 del siglo XX, convirtiéndose en una de las coplas más conocidas de la música cubana. En España se volvería a escuchar esta canción ya en la década de los 50.
Corría el año 1833 cuando el rey español Fernando VII moría dejando en su testamento el poder regente en manos de su esposa María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. Su hija (futura Isabel II), que tenía por entonces tres años, debía esperar la mayoría de edad para poder ejercer como reina. El nombramiento como Reina Regente de María Cristina hizo estallar la Primera Guerra Carlista (1833-1840) ya que Carlos María Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII, pretendía el trono español al considerar ilegal la regencia de la viuda de su hermano y la entronización futura de su sobrina Isabel pues había ejercido como heredero durante la mayor parte del reinado de su hermano y también se rumoreaba que la infanta era hija del amante de María Cristina. Los carlistas se hicieron fuertes en la zona vasca y navarra y la Reina Regente se sirvió del apoyo de los liberales para defender los intereses de su hija.
El mismo año en que murió su marido, María Cristina se casaría con su amante Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, sargento de su guardia de corps, con el que tuvo hasta ocho hijos. La relación no fue vista positivamente por el pueblo español y bautizaron pícaramente al sargento como Fernando VIII.
Es en ese ambiente bélico en el que aparecerá la canción popular que cita las famosas frases de:
María Cristina me quiere gobernar
y yo le sigo, le sigo la corriente,
porque no quiero que diga la gente
que María Cristina me quiere gobernar…..
Está claro que la canción hace referencia a la regente María Cristina pero no se sabe con exactitud si la cantaban los carlistas a los liberales, los liberales a los carlistas o era una coplilla para burlarse del segundo marido de María Cristina, el sargento de la guardia.
La famosa canción popular de María Cristina se extendió a la isla de Cuba al ser un lugar donde se marchaban los exiliados políticos y fue grabada con unas estrofas nuevas por el cantautor cubano Ñico Saquito (Benito Antonio Fernández Ortiz) en los años 30 del siglo XX, convirtiéndose en una de las coplas más conocidas de la música cubana. En España se volvería a escuchar esta canción ya en la década de los 50.