MIIGEL GILA-. MONOLOGO IV.
Y el tío del cuernazo se murió y a mi papá lo metieron preso y se escapó un domingo por la tarde, que no había tasis, y dijo "estoy libre" y se le subió a un señor encima y dijo: " ¡Hale, a los toros!" Y lo tuvo que llevar.
Y allí le volvieron a detener y entonces, como seguíamos siendo pobres, mi mamá me abandonó en la puerta de unos marqueses, que eran ricos y tenían corbatas, y sopa, de todo.
Y por la mañana salió el marqués, me preguntó cómo me llamaba y dije:-Como soy pobre, Pedrito. Dijo el marqués:-Desde hoy te llamarás Luis Enrique Carllos Jorge Alfredo.
Y luego me llamaba "Chuchi", y quería que estudiara, para saber dónde están los ríos y eso, pero yo me escapé y me coloqué de ladrón en una banda. Pero lo tuve que dejar enseguida porque me puse enfermo, y todo lo que robaba lo devolvía. Y fui a ver al médico y me dijo que solo podía robar caldo y pescao blanco, y para andar así, pues mejor no.
Entonces me coloqué con un fotógrafo, ¡que era muy bueno! ¡muy bueno! te sacaba muy favorecido. A lo mejor retrataba a un pordiosero todo canijo, sucio, ahí, todo roto, pequeñijo, y en la foto le salía un ingeniero con los ojos verdes ¡que daba gloria!
Y un día me equivoqué, puse dinamita en lugar del magnesio, y maté una boda. ¡Vamos, quedó un invitao...! pero muy torcido... ni parecía invitado ni nada.
Y además, como no sabía multiplicar, pues no podía hacer fotos de 6 x 9. Así que me echaron, y ahora ya no hago nada. Solo andar despacito, y sentarme... algunas veces.
Y esta es mi vida. Buenas tardes, o, lo que sea.
Y el tío del cuernazo se murió y a mi papá lo metieron preso y se escapó un domingo por la tarde, que no había tasis, y dijo "estoy libre" y se le subió a un señor encima y dijo: " ¡Hale, a los toros!" Y lo tuvo que llevar.
Y allí le volvieron a detener y entonces, como seguíamos siendo pobres, mi mamá me abandonó en la puerta de unos marqueses, que eran ricos y tenían corbatas, y sopa, de todo.
Y por la mañana salió el marqués, me preguntó cómo me llamaba y dije:-Como soy pobre, Pedrito. Dijo el marqués:-Desde hoy te llamarás Luis Enrique Carllos Jorge Alfredo.
Y luego me llamaba "Chuchi", y quería que estudiara, para saber dónde están los ríos y eso, pero yo me escapé y me coloqué de ladrón en una banda. Pero lo tuve que dejar enseguida porque me puse enfermo, y todo lo que robaba lo devolvía. Y fui a ver al médico y me dijo que solo podía robar caldo y pescao blanco, y para andar así, pues mejor no.
Entonces me coloqué con un fotógrafo, ¡que era muy bueno! ¡muy bueno! te sacaba muy favorecido. A lo mejor retrataba a un pordiosero todo canijo, sucio, ahí, todo roto, pequeñijo, y en la foto le salía un ingeniero con los ojos verdes ¡que daba gloria!
Y un día me equivoqué, puse dinamita en lugar del magnesio, y maté una boda. ¡Vamos, quedó un invitao...! pero muy torcido... ni parecía invitado ni nada.
Y además, como no sabía multiplicar, pues no podía hacer fotos de 6 x 9. Así que me echaron, y ahora ya no hago nada. Solo andar despacito, y sentarme... algunas veces.
Y esta es mi vida. Buenas tardes, o, lo que sea.