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CRONICA SOCIAL-. LAS BODEGAS POR SAN ANDRES.
Hoy día de San Andrés del que se dice que le gusta el vino, en la víspera del santo, por esta isla de Tenerife la tradición a la que se le tiene una gran devoción, la que compartimos sin remilgo ni oposición, se abre las bodegas de par en par como marca el refranero popular “por San Andrés, el mosto, vino es”.
La tradicional apertura de las bodegas, el aroma de las castañas envuelve el aire y marca el camino en dirección hacia aquellos lugares donde es posible apreciar el resultado, hecho vino, de un año de esfuerzo y trabajo en los viñedos. Sabido es cómo presumen los viticultores tinerfeños, razones no les falta, de contar con una bodeguita particular en la que se atesoran el vino que dan los viñas cuidadas con mimo y ratos libres durante todo el año, por estos lares aunque diríamos por Canarias en general es muy habitual conocer a personas que tienen sus propios vinos, fácilmente cuando recorres la geografía de la Isla encontrarte letreros escritos a manos “se vende vino”, esto también da paso a los locales que les llamamos “guachinches” que sin tener categoría de restaurantes podemos saborear comidas caseras con vinos propios, de esto ya hemos escrito en alguna ocasión.
Y, como no podía ser de otra manera al vino nuevo se acompaña manteniendo la tradición con sardinas asadas, castañas (que bien se tuestan o bien se guisan con sal y matalahúva), un trozo de pescado salado, a ser posible de cherne o corvina, y batatas guisadas, acompañadas de mojo colorado, según gusto otros se chiflan preparando el pescado de las “viejas jareadas”, y de otras distintas maneras.
Existen varias teorías para relacionar la festividad del vino y el santo, hay quienes argumentan que durante la acción de las plagas de langostas en las islas, se hacían correr los cacharros para de esta manera ahuyentarlas. Otros mantienen el matrimonio con el vino y los bodegueros, quienes trasladaban las barricas hasta la costa para limpiarlas, utilizando tablas que evitaran dañar la estructura del tonel.
También hay religiosos que lo relacionan con el sufrimiento del santo en el momento de ser crucificado y arrastrado. Algunos incluso, quien humaniza a San Andrés, argumentando que en una de sus borracheras, a finales de noviembre, hubo que despertarlo con el ruido de los cacharros.
Siempre estamos en continuo aprendizaje, de lo que uno se entera, sin borrachera premeditada siendo fiel a San Andrés, dentro de un rato entraremos en algún guachinche a echar un cacho carne y unas perras de vino, es lo que hay…tasio…
Hoy día de San Andrés del que se dice que le gusta el vino, en la víspera del santo, por esta isla de Tenerife la tradición a la que se le tiene una gran devoción, la que compartimos sin remilgo ni oposición, se abre las bodegas de par en par como marca el refranero popular “por San Andrés, el mosto, vino es”.
La tradicional apertura de las bodegas, el aroma de las castañas envuelve el aire y marca el camino en dirección hacia aquellos lugares donde es posible apreciar el resultado, hecho vino, de un año de esfuerzo y trabajo en los viñedos. Sabido es cómo presumen los viticultores tinerfeños, razones no les falta, de contar con una bodeguita particular en la que se atesoran el vino que dan los viñas cuidadas con mimo y ratos libres durante todo el año, por estos lares aunque diríamos por Canarias en general es muy habitual conocer a personas que tienen sus propios vinos, fácilmente cuando recorres la geografía de la Isla encontrarte letreros escritos a manos “se vende vino”, esto también da paso a los locales que les llamamos “guachinches” que sin tener categoría de restaurantes podemos saborear comidas caseras con vinos propios, de esto ya hemos escrito en alguna ocasión.
Y, como no podía ser de otra manera al vino nuevo se acompaña manteniendo la tradición con sardinas asadas, castañas (que bien se tuestan o bien se guisan con sal y matalahúva), un trozo de pescado salado, a ser posible de cherne o corvina, y batatas guisadas, acompañadas de mojo colorado, según gusto otros se chiflan preparando el pescado de las “viejas jareadas”, y de otras distintas maneras.
Existen varias teorías para relacionar la festividad del vino y el santo, hay quienes argumentan que durante la acción de las plagas de langostas en las islas, se hacían correr los cacharros para de esta manera ahuyentarlas. Otros mantienen el matrimonio con el vino y los bodegueros, quienes trasladaban las barricas hasta la costa para limpiarlas, utilizando tablas que evitaran dañar la estructura del tonel.
También hay religiosos que lo relacionan con el sufrimiento del santo en el momento de ser crucificado y arrastrado. Algunos incluso, quien humaniza a San Andrés, argumentando que en una de sus borracheras, a finales de noviembre, hubo que despertarlo con el ruido de los cacharros.
Siempre estamos en continuo aprendizaje, de lo que uno se entera, sin borrachera premeditada siendo fiel a San Andrés, dentro de un rato entraremos en algún guachinche a echar un cacho carne y unas perras de vino, es lo que hay…tasio…