EL OJO IZQUIERDO
Es verdad que en Nochebuena ya no hay tanta algarabía como había antes… Es verdad que antes se acercaban los hijos al pueblo para pasar la Nochebuena con los padres y ahora es al revés y los tiros van por ahí… se nos llevan a los padres a los diferentes puntos del país. Hay tantas verdades que ya no queremos saber tanto, porque la verdad hasta llega a ofender. Y a los que nos quedamos aquí… no se queda la cara de tonto cuando empiezan con esa “modernura” del “amigo invisible” entre primos… y todo los años lo esperamos hasta con ansiedad para saber quien coño es… ese “amigo invisible”, que año tras año nos está demostrando que de amigo no tiene nada. Y si encima tienes enfrente a un cuñado, que te empieza hablar de “Cristiano”… ¡Tú te acojonas…! Uno no sabe si están hablando del Niño Jesús o te está preguntando o si está poniendo en duda que si eres cristiano; pero como te coge bebiendo vino vino (no ese “vino de funcionario” que solemos tomar: vino normal con gaseosa… sino buen vino); medio atragantado le saltas: ¡Y a mucha honra!
Más allá oímos: ¿que el porqué tiene que ser Navidad para juntarnos…?, nosotros entonces empezamos a mover la botella y la levantamos para verle el culo otra vez. Apartado y en el rincón o más allá, están los jóvenes que de Historia de la Religión están a cero… ellos no tienen la culpa ¡ni mucho menos! Pobre Gobierno, todo el mundo se mete con él. Como para hablar con esta gente y “rayarle” sus peinadas cabezas con: que si es una fiesta de origen pagano, que ya la festejaban los romanos, que coincidía con el solsticio de invierno la noche del 24 al 25, que si en Oriente antiguo no se celebraban los cumpleaños, etc. Nosotros a la botella tercera compartida, que quede claro; ya no la ladeamos para verle el culo… sino la levantamos hasta arriba –a la tercera va la vencida- para decir: ¡Viva Membrío y viva España entera! SALUDOS.
Es verdad que en Nochebuena ya no hay tanta algarabía como había antes… Es verdad que antes se acercaban los hijos al pueblo para pasar la Nochebuena con los padres y ahora es al revés y los tiros van por ahí… se nos llevan a los padres a los diferentes puntos del país. Hay tantas verdades que ya no queremos saber tanto, porque la verdad hasta llega a ofender. Y a los que nos quedamos aquí… no se queda la cara de tonto cuando empiezan con esa “modernura” del “amigo invisible” entre primos… y todo los años lo esperamos hasta con ansiedad para saber quien coño es… ese “amigo invisible”, que año tras año nos está demostrando que de amigo no tiene nada. Y si encima tienes enfrente a un cuñado, que te empieza hablar de “Cristiano”… ¡Tú te acojonas…! Uno no sabe si están hablando del Niño Jesús o te está preguntando o si está poniendo en duda que si eres cristiano; pero como te coge bebiendo vino vino (no ese “vino de funcionario” que solemos tomar: vino normal con gaseosa… sino buen vino); medio atragantado le saltas: ¡Y a mucha honra!
Más allá oímos: ¿que el porqué tiene que ser Navidad para juntarnos…?, nosotros entonces empezamos a mover la botella y la levantamos para verle el culo otra vez. Apartado y en el rincón o más allá, están los jóvenes que de Historia de la Religión están a cero… ellos no tienen la culpa ¡ni mucho menos! Pobre Gobierno, todo el mundo se mete con él. Como para hablar con esta gente y “rayarle” sus peinadas cabezas con: que si es una fiesta de origen pagano, que ya la festejaban los romanos, que coincidía con el solsticio de invierno la noche del 24 al 25, que si en Oriente antiguo no se celebraban los cumpleaños, etc. Nosotros a la botella tercera compartida, que quede claro; ya no la ladeamos para verle el culo… sino la levantamos hasta arriba –a la tercera va la vencida- para decir: ¡Viva Membrío y viva España entera! SALUDOS.