MEMBRIO: EL OJO IZQUIERDO...

EL OJO IZQUIERDO

Si ayer no levantamos con fuerza –según “VIRGO”- antes hay que comer o tomar los como muy bien dice “VALDIO”: “joriños”. Es un nombre propio de Membrío, de la desvirtuación fonética de “jeringos”. Era y sigue siendo parte principal del cotidiano desayuno (aunque siempre se decía almuerzo)… aunque en las capitales se puede tomar a todas horas. Los de Madrid le dicen “porras”; cuando la “porra” es el comienzo de la rueda, que es donde se deposita mayor masa y al final el churrero la tiene que abrir con sus ennegrecidos palos –estoy más negro (cabreado) que los palos de un churrero, a veces se decía- y constituía el churro más apetecible entre los hermanos que tenía que ir a escuela; digamos que era el premio que daba la pobre madre al que mejor se portara. Mientras barajaba esos hijos. ¡Ay aquellos niños del 40 y del 50… que se mareaban sin querer!, como si el marearse fuera queriendo. Y ahora nos están hablando de crisis… crisis era con la que hemos crecido y dejémonos de tontería… y después no daban “huevo con vino quina” para abrirnos el apetito… ¡Y para que quería “despertar” tanto apetito…! No es un reproche ni mucho menos a nuestras madres y supieron sacarnos adelante. Bien merecen- aunque algunas muertas o fallecidas- unos aplausos.

La intención al levantarnos esta mañana, ha sido hablar o COMENZAR Y SEGUIR sobre los “jeringos” del tío Julián Pasán, los “churros “ de su hija Hipólita… que con el tiempo, los “Churros de la tía Pasána”, se llamo. “Churro del tío Pasán”, su marido, que en realidad se llamaba Andrés Barata Bazaga. Pero nos ha invadido la emoción al recordar el trabajo de todas nuestras madres, que nunca te pidieron a cambio nada. Yo la recuerdo…. Llamándome a las 5 todas las mañanas y diciéndome: “Vamos…, levántate hijo a estudiar, que ya te tengo echado el brasero”. Así que ahora levantarnos temprano… no nos supone nada. Todo en este mundo tiene su motivo o causa. La cosas no suelen pasar por casualidad ni mucho menos. SALUDOS.