Me hubiera gustado felicitaros la Navidad junto a una lumbre, saboreando un buen café cubano en una taza de porcelana, llevándome una "cuchará" de migas a la boca, y mirando por el postigo del chozo; pero, en el sitio donde estoy, tengo el cuerpo caliente, los pies fríos y la cabeza merodeando por los decretos; no obstante, “como lo cortés no quita lo valiente”, allá va mi felicitación.
Un abrazo
Un abrazo