FÁBULA: LA SERPIENTE Y EL LABRADOR
Llegado el invierno, un labrador encontró una víbora helada de frío. Apiadado de ella, la recogió y la guardó en su pecho. Reanimada por el calor, la serpiente, recobró sus sentidos y mordió a su bienhechor, el cual, sintiéndose morir, exclamo:
"Bien me lo merezco por haberme compadecido de un ser malvado"
Moraleja:
No te confíes del perverso, creyendo que haciéndole un favor vas a cambiarle su naturaleza.
Llegado el invierno, un labrador encontró una víbora helada de frío. Apiadado de ella, la recogió y la guardó en su pecho. Reanimada por el calor, la serpiente, recobró sus sentidos y mordió a su bienhechor, el cual, sintiéndose morir, exclamo:
"Bien me lo merezco por haberme compadecido de un ser malvado"
Moraleja:
No te confíes del perverso, creyendo que haciéndole un favor vas a cambiarle su naturaleza.