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MEMBRIO: ¡Ay que ver… con el Obispo, Franco y el Señorito! ¡Qué...

Este labrador lleva en la sangre el buen que hacer de un labrador con la ventaja que aparentemente pisa en tierra de su propiedad y a la vez es fructífera. Por ninguno de los cuatro costados parece membrillero.

Pues claro que no es Membrio, pero algo se asemeja, y lo que comentas de tierra fructífera, pues es vedad que la tierra que rodea donde hemos nacido, para cultivarla necesitaba mucho esfuerzo, con la cabaera entre otras herramientas, se forzaban nuestros abuelos y padres para arrancar las Jaras y Retamas y en ocasiones el producto que recogían res muy mísero.
Un abrazo

En Extremadura “Todo negativo y nada positivo” y cuando algo pasa siempre hay culpables y en este caso encontramos tres culpables: El Generalísimo por la Gracia de Dios, el Obispo y el Señorito.
La Extremadura de nuestros padres fue trabajar de sol a sol por un salario de mierda, ante la enfermedad nunca un análisis de sangre ni una radiografía o traslado al hospital………………………
“Los Santos Inocentes” se quedan pequeños comparando con la realidad. Hasta que proceda.

¡Ay que ver… con el Obispo, Franco y el Señorito! ¡Qué maldición habrá sido… que de ellos aún nos acordamos. ¿Alguna culpa tuvieron que tener nuestros tatarabuelos y bisabuelos?, que muchos ni sabemos quienes fueron. Bien que decían: “ ¡Dejad, dejad que compren… que las tierras no se las pueden llevar!”. ¿Y qué pasó…?. Que los ADMINISTRADORES de Fincas Nacionales… se las llevó. Después se subastó y la oligarquía de Madrid, se la quedaron para siempre. Un claro exponentes la “Casa Grande”. Sus primer dueño (no era la “Casa” como hoy se conoce) fue D. José de Tejada… un Administrador de Fincas Nacionales. Pero eso fue hace mucho tiempo… ¡qué importa ya! Era cuando la Orden y el Obispado andaban cada uno por su parte. Eran los comienzos del “Señorito”… y a Franco el hombre… sólo le podemos echarle en cara que los protegió. Pero NUNCA HUBO UNIÓN… Quisimos por una parte “quedarnos” por una parte con “Clavería”; pero por otra… las “Tierras Comunes de Propios”, se nos resbalaba o se nos escapaba de las manos. Nosotros tuvimos de nuestro bisabuelo Antonio Domínguez Alfonso (“el tío Cogoto” para los más viejos) una pequeña “cotá”… y ahora no tenemos “ná”. Y el otro abuelo… labrador y a mucha honra; pero por eso no era uno más bueno ni más honrado que el otro. Las cosas fueron como fueron… y aquí no pasó nada:”aquí paz y después gloria”. Lo que tenemos es que APRENDER, que no acabamos... SALUDOS.