2. COMPARARNOS CON LOS DEMAS: porque lo habitual es hacerlo en un sentido de desaprobación, al comparar deberíamos emplear el modelado y ser constructivos para aspirar a aquello que otra persona ha conseguido y que nos gusta. "En los más pequeños la comparación en negativo con los hermanos o los primos, por ejemplo, puede llevar a que desarrollen inseguridad", señala Congost.