MEMBRIO: EL ERRANTE HOMBRE CON SOMBRERO...

Pez piedra

Tiene el honor de ser el pez más venenoso del mundo. Habita en aguas tropicales poco profundas del Pacífico y el Índico. Sus espinas contienen unas toxinas diseñadas para ahuyentar a sus enemigos. Pueden causar la muerte a un humano si no se recibe tratamiento en dos horas tras sufrir, como han descrito afectados, el peor dolor conocido por el hombre.

EL ERRANTE HOMBRE CON SOMBRERO

Llueve y llueve,
la arena mojada se hunde hacia su paso,
¿Qué buscas errante hombre con sombrero?

Dime…
¿Qué buscas en el pueblo que te vio nacer,
que se durmió y levantó contigo esperando
sólo que le hablaras?

Busco la reconciliación,
el perdón, busco la paz,
sentir que aún, soy capaz de amar;
sentir que de nuevo a mí ha regresado el amor.

Ese que se quedó en el camino,
y que se fue de mis manos, el secuestrado,
que entre las piedras del río buscó un rumbo
que esta vez no era el mío.
Ese que ya no quiere estar conmigo,
porque los días son los mismos,
porque ya no hago ruido,
porque el cielo es el mismo y
porque ya el árbol no da cobijo.

Se alza el sol tras la llovizna.
Sus zapatos curtidos por el barro,
y el sombrero todo empapado,
a la casa entran sin haber aún respuesta.

¡Escucharte ya no quiero!
Vete lejos pues no puedo,
tus pasos seguir sintiendo,
tus ojos seguir mirando.
Vete rápido y con tu silencio,
rápido y con tu sombrero,
sacúdete los zapatos,
y ándate por otros senderos.
Próximo el pueblo socorro,
allá te espera el lirio, la cayena y su pistilo,
la escuela, la iglesia y toda su gente.

Dime…
¿Crees tú que hay esperanza?
Creo que la hay.
¿Crees tú que vuelve la fe perdida?
Creo que no te ha abandonado.

Anda…
Suelta ese sombrero,
devélale tu rostro a los colores del viento,
sigue su silbido que seguro…
seguro, te llevará a su encuentro.
Se llama sueño, se llama alegría,
en la esquina mis labios en tus labios la sima.

Llovió,
Pasaron las horas,
y en la arena aún mojada
no se marcaban sus pasos,
yacía su cuerpo en la cama
enlazado con la aurora que
despuntaba al alba en su casita,
amando y soñando.

Eduardo Antonio Taborda.