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MEMBRIO: LA SECA DE LA ENCINA....

LA SECA DE LA ENCINA.

Un hongo y las largas sequías amenazan la dehesa española.
La encina está amenazada. La phytophthora, un hongo procedente de Australia, no es el único pero sí el principal culpable de la seca, la mayor enfermedad de la dehesa, donde vive principalmente este árbol. Junto al hongo, algunos insectos, otros hongos y el cambio climático completan la fatal receta.
La phytophthora actúa sobre las raíces de los árboles como el colesterol lo hace sobre las venas y arterias humanas. Cierra el paso de agua y dificulta su absorción. Aunque este hongo está presente en la mayor parte de las áreas forestales, sólo se produce el ataque si intervienen una serie de factores.
Uno de los factores que sin duda ha contribuido a aumentar el fenómeno de la seca es el impacto de las condiciones climáticas.
Al fuerte calor se ha unido un descenso en las lluvias, que fueron un 20% inferior a las normales de otros veranos. Aunque en este caso, la parte occidental de Extremadura fue tan seca como siempre; no así el resto, donde llovió todavía menos de lo habitual.
En 2008, la seca afectaba a 246.000 de los 2,5 millones de hectáreas de dehesa. Los expertos alertan de la gravedad del problema pero, sobre todo, de unas perspectivas nada halagüeñas. Un factor agrava seriamente el problema en nuestra dehesa: los encinares son viejos. No hay regeneración y eso provoca que cuando un foco ataca a una masa arbórea afecte a todos o casi todos los árboles. "Los jóvenes resisten mejor, pero si la edad de los árboles es homogénea, la muerte también lo es.
"La gran longevidad de estos árboles, que tienen una apariencia muy bonita, hace que no se perciba que son viejos y que los propietarios tampoco se hayan preocupado por la regeneración
Uno de los sectores que, lógicamente, pueden verse perjudicados si el fenómeno se extiende es el de los productores de cerdo ibérico, ya que este animal se alimenta de bellotas. "La seca es un proceso progresivo, que lleva produciéndose unos 20 años. No es que haya ocurrido este año de golpe, aunque es posible que ahora sea cuando le estemos prestando más atención, sobre todo por el auge que ha tenido el sector del ibérico".
Es un problema que puede ser gravísimo, es muy serio, donde no hay bellotas, no hay cerdo ibérico. Hay mucha gente que vive de eso, se necesitan las encinas".
Y, por ahora, soluciones no hay. "La dificultad para conocer las causas últimas de la enfermedad y cómo combatirla es lo que más preocupa, hay mucha incertidumbre y estamos lejos de saber cómo atajarla". Además, faltan inversiones: "Hay una excesiva dependencia de las subvenciones y, al tratarse de una superficie tan extensa, hacer frente al problema sólo con ayudas no parece viable. Haría falta un mayor esfuerzo inversor pero lo ideal sería que también invirtieran los propietarios". La situación mejoraría considerablemente si se abordase el problema desde una estrategia única, con profundidad y cohesión de criterios. Si no, nos vamos a encontrar en unos años con que la situación no ve mejora".