El fallecimiento de un chico de 28 es, realmente, de esas noticias impactantes, sobrecogedoras, que a uno lo dejan un tanto descolocado, máxime en un pueblo pequeño donde todos se conocen y tienen cierta afinidad. Consolar a los padres, y demás familia, ante semejante trance, es sumamente difícil; es como que se acaban los argumentos. Sólo nos queda ser solidarios en el dolor. PC