Haciendo memoria recuerdo con añoranza el día De la Cruz en mi pueblo.
Éramos muchos niños los que vivíamos en Membrio y estábamos deseando que llegase ese día porque nos sentíamos importantes.
La Cruz iba en unas andas pequeñas y estaba adornada con flores, cintas de colores y cinco campanillas que sonaban mucho.
Los niños éramos los encargados de transportar las andas y llevar las cintas, todo con mucho orden porque para eso estaban los maestros que nos dirigían metódicamente para que no nos pasáramos de turno.
La Cruz iba por las calles del pueblo y también a la Charca Los Burros para bendecir los campos. Más reciente iba por el Chabarcón al Santo y después dábamos la vuelta.
Ese día por la mañana temprano, antes de misa, nos mandaban con los cubos a coger corales y amapolas para echarlas por la calle que se metían entre los gorrones y a la mañana siguiente se barrían con esas escobas sin palo que costaba un montón sacar los corales y las amapolas de los gorrones.
Si alguien quería se bendijera su casa, ponía una mesita sencilla delante de la puerta para que descansara la Cruz y entraba el sacerdote con el monaguillo que llevaba el acetre (calderillo con agua) y el hisopo hasta que se lo pedia el sacerdote.
Estos son mis recuerdos, si alguien se acuerda de algo más, sería bonito ampliarlo y recordarlo. Saludos
Éramos muchos niños los que vivíamos en Membrio y estábamos deseando que llegase ese día porque nos sentíamos importantes.
La Cruz iba en unas andas pequeñas y estaba adornada con flores, cintas de colores y cinco campanillas que sonaban mucho.
Los niños éramos los encargados de transportar las andas y llevar las cintas, todo con mucho orden porque para eso estaban los maestros que nos dirigían metódicamente para que no nos pasáramos de turno.
La Cruz iba por las calles del pueblo y también a la Charca Los Burros para bendecir los campos. Más reciente iba por el Chabarcón al Santo y después dábamos la vuelta.
Ese día por la mañana temprano, antes de misa, nos mandaban con los cubos a coger corales y amapolas para echarlas por la calle que se metían entre los gorrones y a la mañana siguiente se barrían con esas escobas sin palo que costaba un montón sacar los corales y las amapolas de los gorrones.
Si alguien quería se bendijera su casa, ponía una mesita sencilla delante de la puerta para que descansara la Cruz y entraba el sacerdote con el monaguillo que llevaba el acetre (calderillo con agua) y el hisopo hasta que se lo pedia el sacerdote.
Estos son mis recuerdos, si alguien se acuerda de algo más, sería bonito ampliarlo y recordarlo. Saludos
