Buenos días:
Hace tiempo que no me gusta opinar sobre lo que no conozco. Pero, hay cuestiones que a uno le rechinan; me refiero a lo que parece ser un conflicto que existe en el pueblo entre el Alcalde y el cura (Sé lo que leo por este medio y, a mí, en particular me importa un pepino) La máxima autoridad de la localidad de Membrío, salvo mejor parecer, es el Sr. Alcalde. PUNTO. Su autoridad le viene impuesta por la ley. Es la Ley, nos guste o no, la que rige en el Estado de Derecho (Dura es la Ley, pero es la ley) El Sr. Cura, tendrá la autoridad que le confiere el derecho eclesiástico, respecto a los fieles que quieran seguir libremente su doctrina, y dentro del recinto eclesial. Sobre el resto no tiene ningún tipo de autoridad. El que quiera seguir los parámetros que la iglesia le marca lo sigue; el que no, no lo sigue. Para que me entiendan: el cura a mí me puede decir misa y yo lo puedo mandar a freír espárragos. PUNTO. Otra cosa es que alguien no seguidor de la iglesia católica, quiera hacer cosas propias de la iglesia católica y el Obispo le diga que no: está es su derecho. Una señora se quejaba de que no la dejaban comulgar porque era divorciada; muy bien, es lo que dice la norma de la iglesia católica: no la siga Vds., y PUNTO.
Después, viene la tradición. Tradición cultural enraizada en el pueblo por los años de los años: Las procesiones y el culto a la Virgen y a los Santos. Bien, seguramente mucha gente la sigue sin entrar en disquisiciones doctrinales- hemos visto a ateos compulsivos llevando un paso en Córdoba, por ejemplo- Pero, hay personas a las que les mueve la fe profunda que sienten, desde lo más íntimo, por estas cuestiones religiosas. Yo conozco a muchas que me caen muy cerca. Esas personas merecen un respeto. Todo el respeto del mundo; y más, desde la propia institución eclesial. Entiendo, por tanto, que se sientan ninguneados, preteridos y denostados precisamente por aquellos que más tenían que mirar por ellos. Saludos. PC
Hace tiempo que no me gusta opinar sobre lo que no conozco. Pero, hay cuestiones que a uno le rechinan; me refiero a lo que parece ser un conflicto que existe en el pueblo entre el Alcalde y el cura (Sé lo que leo por este medio y, a mí, en particular me importa un pepino) La máxima autoridad de la localidad de Membrío, salvo mejor parecer, es el Sr. Alcalde. PUNTO. Su autoridad le viene impuesta por la ley. Es la Ley, nos guste o no, la que rige en el Estado de Derecho (Dura es la Ley, pero es la ley) El Sr. Cura, tendrá la autoridad que le confiere el derecho eclesiástico, respecto a los fieles que quieran seguir libremente su doctrina, y dentro del recinto eclesial. Sobre el resto no tiene ningún tipo de autoridad. El que quiera seguir los parámetros que la iglesia le marca lo sigue; el que no, no lo sigue. Para que me entiendan: el cura a mí me puede decir misa y yo lo puedo mandar a freír espárragos. PUNTO. Otra cosa es que alguien no seguidor de la iglesia católica, quiera hacer cosas propias de la iglesia católica y el Obispo le diga que no: está es su derecho. Una señora se quejaba de que no la dejaban comulgar porque era divorciada; muy bien, es lo que dice la norma de la iglesia católica: no la siga Vds., y PUNTO.
Después, viene la tradición. Tradición cultural enraizada en el pueblo por los años de los años: Las procesiones y el culto a la Virgen y a los Santos. Bien, seguramente mucha gente la sigue sin entrar en disquisiciones doctrinales- hemos visto a ateos compulsivos llevando un paso en Córdoba, por ejemplo- Pero, hay personas a las que les mueve la fe profunda que sienten, desde lo más íntimo, por estas cuestiones religiosas. Yo conozco a muchas que me caen muy cerca. Esas personas merecen un respeto. Todo el respeto del mundo; y más, desde la propia institución eclesial. Entiendo, por tanto, que se sientan ninguneados, preteridos y denostados precisamente por aquellos que más tenían que mirar por ellos. Saludos. PC
Buenos días corazón.
Buenos días, corazona. Me da el mar en la espalda, si me coloco contra el levante. Besos. PC