Hay que reconocerlo así: “Tierra adoptiva”, tierra que no nos vio nacer pero que un día llegamos a ella buscando un futuro para ir tirando con dignidad sin el egoísmo de encontrar grandes fortunas o milagros de la
noche a la mañana, eso sí, a partir de la dignidad bienvenida sea toda mejora para ir mejorando la calidad de vida.
Desencanto con la tierra que nos vio nacer que para vivir tuvimos que marcharnos a tierras lejanas.
¡Jesús, Jesús………………….. y que sigamos gritando “VIVA
EXTREMADURA”!.