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MEMBRIO: Los Chozos eran unos genuinos representantes de la...

Los Chozos eran unos genuinos representantes de la arquitectura tradicional, que mereció ser protegida como patrimonio natural de nuestro pueblo y de Extremadura, y que, por el contrario, fueron desahuciados, olvidados, feamente reconstruidos y peor conservados. Sus estructuras jerarquizadas y sus armonías constructivas, de planta circular, con hormas de mamposterías, de techos en forma ovalada, con armazones de palos de encinas y cubiertos de rastrojos o retamas perfectamente entrelazadas, fueron la obra de los antiguos, hechos como un modelo de hábitat, de mezcla pastoril-agrícola, para perdurar en el tiempo, a diferencia de otros: el primero, el hogar-dormitorio; el segundo, polivalente, en función de las necesidades del momento (dormitorio, granero, cañizo, etc.); el tercero, por antonomasia, el gallinero (nunca cambió) y, finalmente, el cuarto, polivalente, aunque, casi siempre se usó como pajar. Detrás de ellos estaba la burrera, que era un chozo sin horma, y más alejados, la vaquera, de planta rectangular, y la zahúrda. Hubo otros chozos en esta parte de la
Encomienda, como eran los llamados de la “horma”, la “marza” y la “era”, que eran solitarios (a lo más, un simple gallinero los acompañaban), perennes en el tiempo, y otros, menos, que adoptaban los nombres de sus moradores, como el del Sr. Antonio, el cabrero, que lo fue, de Segura de Toro, y el de la “ Macaria”, cabrera, que lo fue, de Cabeza Bellosa; en fin, toponimia, tan efímera como el propio tiempo.
Chozos que merecieron ser un museo viviente de nuestra propia historia y que, en definitiva, han quedado para cobijar a moradores que nunca lo fueron de estos parajes: las cigüeñas (á nossa culpa). Chozos que siempre fueron, y serán, del que los habitó, “Vallejo”, mi tío, Ángel Díaz Rojas; así fue en el argot, así lo cuento y, hasta que el sentido común me lo permita, lo contaré a las generaciones venideras; porque la propiedad inmaterial, es intangible.- Un recuerdo a todos aquellos hombre y mujeres que vivieron y trabajaron en nuestros campos y, muy especialmente, para mis tíos, Ángel y Pura, por el cariño tan grande que siempre me dispensaron. chengue -12/11/2009-foro

Chengue: Bonito relato el de los chozos del tío Vallejo. Sólo recuerdo haber dormido alguna vez en uno, creo que fue por la cotá de la tía Fermina, en el chozo del pastor. Lo recuerdo sin pared de piedra, sólo con el armazón de los palos largos de encina en forma cónica, recubiertos con retamas. Recuerdo que el interior era amplio y su perímetro circular era una plataforma de palos y maderas, no muy elevada, sobre la que se almacenaba todo y también estaban los camastros. En el centro se ubicaba la lumbre con los calderos y las es trébedes. En Santiago llegaron a construir recientemente una réplica de ese tipo de chozo, aun que creo que le prendieron fuego y no sé si lo habrán reconstruido. ‘’lastima’’ CHENGUE, te felicito por tu narración que ha sido capaz de despertad sentimientos aletargados en todos nosotros y más aún en quienes lo vivieron, en quienes lo disfrutaron o quienes lo sufrieron.
UN ABRAZO. El baleares -15/11/2009-foro

Los chozos nos traen recuerdos de abuelos, tíos, padres alrededor de ellos había un mundo eran otros tiempos, tiempos del pasado que nos deja ese recuerdo casi siempre de familia, Eran otros tiempos muy familiares con valor a los mayores y sobre todo un gran respeto ‘los tiempos cambian sin saber si es para bien o para mal’’, pero eso es otra historia está la dejamos como está limpia. L&L