“UN PUEBLO QUE NUNCA SE OLVIDA: Recordando”..12. III Parte.
Si se tiene como un corral (nos estamos refiriendo al “Corral del Baile” para los que hayan llegado tarde) como tal, es imprescindible tener: pozo, parra y albañal… y el “Corral del Baile” lo tenía. Se salía del baile por la puerta, ¿y por dónde se iba a salir entonces… no se iba a salir por las ventanas, que eran dos? Pues si señor… por las ventanas se salía algunas veces; ya que la puerta estaba taponada por mozos que intentaban una y otra vez, poner el ojo a la moza con la que quería bailar la siguiente pieza. Ahora sería igual… como se baila en corro y ya ni eso; puedes hasta bailar sólo… que antes no se hacía y si se hacía era porque estaba “mamao” o “jateao” o a punto de estarlo (Risas); pero ello ocurría siempre al final del baile; que parecía que nunca se acaba, era las 5 de la tarde y aquello seguía: “Fulanita… vámonos que estará tu padre esperando para comer”. Y es que el padre era entonces una autoridad. No comía hasta que no le sirviera el plato en la mesa, ¡qué tiempos aquellos…! Si aquellos padres levantaran ahora la cabeza… ¿y que qué pasaría? Pues más de uno, la volvería a echar para abajo otra vez, diciendo: ¿Eso es lo que yo os enseñé…? Padre, no sabe usted lo que ha cambiado esto… e incluso mi viuda madre, me dice, que todavía falta cosas por ver.
El pozo estaba al lado derecho de la puerta; era quizás el sitio más frecuentado: bien porque con puerta de chapa tapado, ofrecía asiento… bien porque el pozo desprendía fresquito en verano… bien porque la parra plantada en sus inmediaciones preservaba del sol. En frente está el albañal que… CONTINUARÁ: Saludos.
Si se tiene como un corral (nos estamos refiriendo al “Corral del Baile” para los que hayan llegado tarde) como tal, es imprescindible tener: pozo, parra y albañal… y el “Corral del Baile” lo tenía. Se salía del baile por la puerta, ¿y por dónde se iba a salir entonces… no se iba a salir por las ventanas, que eran dos? Pues si señor… por las ventanas se salía algunas veces; ya que la puerta estaba taponada por mozos que intentaban una y otra vez, poner el ojo a la moza con la que quería bailar la siguiente pieza. Ahora sería igual… como se baila en corro y ya ni eso; puedes hasta bailar sólo… que antes no se hacía y si se hacía era porque estaba “mamao” o “jateao” o a punto de estarlo (Risas); pero ello ocurría siempre al final del baile; que parecía que nunca se acaba, era las 5 de la tarde y aquello seguía: “Fulanita… vámonos que estará tu padre esperando para comer”. Y es que el padre era entonces una autoridad. No comía hasta que no le sirviera el plato en la mesa, ¡qué tiempos aquellos…! Si aquellos padres levantaran ahora la cabeza… ¿y que qué pasaría? Pues más de uno, la volvería a echar para abajo otra vez, diciendo: ¿Eso es lo que yo os enseñé…? Padre, no sabe usted lo que ha cambiado esto… e incluso mi viuda madre, me dice, que todavía falta cosas por ver.
El pozo estaba al lado derecho de la puerta; era quizás el sitio más frecuentado: bien porque con puerta de chapa tapado, ofrecía asiento… bien porque el pozo desprendía fresquito en verano… bien porque la parra plantada en sus inmediaciones preservaba del sol. En frente está el albañal que… CONTINUARÁ: Saludos.