“UN PUEBLO QUE NUNCA SE OLVIDA: Recordando 14. II Parte.
Quedamos ayer en el albañal o albañar del corral de Baile, que está situado frente al pozo y cualquiera sabe donde iba a dar; tal vez confluyera abajo en la calle Nueva con agua procedente de “El Coso” y “la calle Olivera”. Los albañales como todo el mundo sabe… o debiera saber, era una red o sistema de canales subterráneos por donde corría agua inmunda o sucia, que lo mismo procedía de un corral, establo o desembocadura de los canales de agua de lluvia, que normalmente iba a los pozos; pero el que no lo tuviera… a la red vertiera; atravesaban incluso de forma subterráneas casas enteras. Allí se tiraba toda clase de agua de cualquier procedencia: de lavar, de la loza, de fregar, orines, etc. Se fue deteriorando este sistema principalmente al venir el agua corriente allá al principio de los 70. Entre vecinos se fueron tapando unos a otros los albañales esgrimiendo que desprendían malos olores. Abajo en la calle Nueva era digno de mirar el ENORME CHARCO que se formara, que tuvo que ser desde siempre; ya que la parte izquierda la calle está alzada como las puertas de sus casas. ¡Cómo debía ser el reparto de carta cuando la el correo estaba en la casa de tía Eugenia! Con el barrizal que desprendía el cercano “Corral de Concejo”; se tendría que subir el cartero en aquella piedra grande y redondeada que actuaba como salvaesquina. Lo gracioso era cuando al charco alguien caía y nadie lo socorría; ya que las risas se lo impedía. Dejemos que el agua corra por el “callejón de La Nora” un lugar frecuentado para que los mozos del baile hicieran sus necesidades y vierta en el regato Las Noques. CONTINUARÁ. Saludos.
Quedamos ayer en el albañal o albañar del corral de Baile, que está situado frente al pozo y cualquiera sabe donde iba a dar; tal vez confluyera abajo en la calle Nueva con agua procedente de “El Coso” y “la calle Olivera”. Los albañales como todo el mundo sabe… o debiera saber, era una red o sistema de canales subterráneos por donde corría agua inmunda o sucia, que lo mismo procedía de un corral, establo o desembocadura de los canales de agua de lluvia, que normalmente iba a los pozos; pero el que no lo tuviera… a la red vertiera; atravesaban incluso de forma subterráneas casas enteras. Allí se tiraba toda clase de agua de cualquier procedencia: de lavar, de la loza, de fregar, orines, etc. Se fue deteriorando este sistema principalmente al venir el agua corriente allá al principio de los 70. Entre vecinos se fueron tapando unos a otros los albañales esgrimiendo que desprendían malos olores. Abajo en la calle Nueva era digno de mirar el ENORME CHARCO que se formara, que tuvo que ser desde siempre; ya que la parte izquierda la calle está alzada como las puertas de sus casas. ¡Cómo debía ser el reparto de carta cuando la el correo estaba en la casa de tía Eugenia! Con el barrizal que desprendía el cercano “Corral de Concejo”; se tendría que subir el cartero en aquella piedra grande y redondeada que actuaba como salvaesquina. Lo gracioso era cuando al charco alguien caía y nadie lo socorría; ya que las risas se lo impedía. Dejemos que el agua corra por el “callejón de La Nora” un lugar frecuentado para que los mozos del baile hicieran sus necesidades y vierta en el regato Las Noques. CONTINUARÁ. Saludos.