CRONICA SOCIAL-. HISTORIAS DE AMOR CON ALZHEIMER. La revolución del amor no la creemos, este no puede estar comprimido en un paquete con papel de regalo, el amor para toda la vida ya no está de moda. Cada vez son más las personas que optan por vivir sin compromisos pero sin renunciar a la pasión y el cariño con cartillas separadas y los gananciales divorciados para empezar, previniendo el futuro sin vivir el presente.
El Sr San Valentín, de instintos consumista se ha convertido en un emblema del romanticismo comercial pero hay muchos que ya no están dispuestos a implicarse en una relación seria y duradera, y rechazan el estereotipo tradicional, algunos Don JUANES perdidos por las autopistas de la bandas anchas de las redes sociales han ampliado el deporte del amor por la llegada del internet y las webs de citas, la transformación de experimentar la vida en pareja, muy alejada del sí quiero para toda la vida y esa concepción de la familia marcada por la Iglesia católica. Es la revolución del amor.
Nos salimos del guion del que si nos gusta y no es otro que contar muy por encima de una pareja ochentañera que residieron la mayor parte de sus vidas en EEUU., jubilados optaron por terminar su tiempo en la Isla incorporándose a la comunidad cristiana donde el llego a ser un guardián ayudante súper eficiente, su mayor particularidad es que manejaba cinco idiomas y en las reuniones perdía el control en la lengua que le entendíamos, les decíamos tanto años en la marina que pierdes el rumbo, el gran hombre se reía diciendo “y que le vamos hacer”.
De aquellas confusiones pronto le hicieron mella, su mujer entre lágrimas y cansancios contaba que D. Pedro no estaba bien de la cabeza y que no podía con él. Al poco tiempo se ratificó lo que sospechábamos, el ALZHEINER estaba confirmado, las gestiones de un BUEN CURA lo llevo a una residencia donde estaba mejor cuidado por la imposibilidad física de Doña María, esta mujer que tanto le quería se resignaba al estar sola, pero lo compensaba todas las tardes visitándolo y echando un rato con la persona que quería, le preguntábamos que tal, y nos respondía:, “bien muy bien aunque no me reconoce, pero yo sí sé que es mi marido”, nunca le falto su compañía hasta que Dios le llamo, amor con mayúscula, es lo que hay…tasio….
El Sr San Valentín, de instintos consumista se ha convertido en un emblema del romanticismo comercial pero hay muchos que ya no están dispuestos a implicarse en una relación seria y duradera, y rechazan el estereotipo tradicional, algunos Don JUANES perdidos por las autopistas de la bandas anchas de las redes sociales han ampliado el deporte del amor por la llegada del internet y las webs de citas, la transformación de experimentar la vida en pareja, muy alejada del sí quiero para toda la vida y esa concepción de la familia marcada por la Iglesia católica. Es la revolución del amor.
Nos salimos del guion del que si nos gusta y no es otro que contar muy por encima de una pareja ochentañera que residieron la mayor parte de sus vidas en EEUU., jubilados optaron por terminar su tiempo en la Isla incorporándose a la comunidad cristiana donde el llego a ser un guardián ayudante súper eficiente, su mayor particularidad es que manejaba cinco idiomas y en las reuniones perdía el control en la lengua que le entendíamos, les decíamos tanto años en la marina que pierdes el rumbo, el gran hombre se reía diciendo “y que le vamos hacer”.
De aquellas confusiones pronto le hicieron mella, su mujer entre lágrimas y cansancios contaba que D. Pedro no estaba bien de la cabeza y que no podía con él. Al poco tiempo se ratificó lo que sospechábamos, el ALZHEINER estaba confirmado, las gestiones de un BUEN CURA lo llevo a una residencia donde estaba mejor cuidado por la imposibilidad física de Doña María, esta mujer que tanto le quería se resignaba al estar sola, pero lo compensaba todas las tardes visitándolo y echando un rato con la persona que quería, le preguntábamos que tal, y nos respondía:, “bien muy bien aunque no me reconoce, pero yo sí sé que es mi marido”, nunca le falto su compañía hasta que Dios le llamo, amor con mayúscula, es lo que hay…tasio….
