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CRONICA SOCIA-. EL CHARCO LA ISLA DEL SALOR.
LA FOTO, corresponde a nuestros principios por este FORO, cuando no éramos tan escrupulosos de no dejar foto sin comentario o utilización, podemos divisar LA ISLA por el poco caudal de agua al que tanto apreciamos y al que tantas veces en bicicletas acudimos para bañarnos entre piedras y algunas culebras, entonces teníamos instintos de supervivencia, hoy estamos instalados en la comodidad que nos enfangamos en playas de arenas de gano fino, donde si un solitario gorrón pisamos ponemos el grito en el cielo, con la perdida de memoria se nos olvida lo que teniamo que hacer y forzar para conseguir un baño de agua verdina y fiscos flotando, pues si lo hacíamos para quitarnos el calor pero ahora no estamos nada seguro, subir las cuestas del Salor con piñón fijo no las de las actualidad que tenemos para elegir según pendiente, algunas veces con acompañante en el trasportín al que tanto juego se le sacaba, con aguaderas, sacos de pan y variados, costales de bellotas, o simplemente para transportar el amigo.
Volviendo al tema principal la vuelta la hacíamos empapada de sudor, el refresco del agua para poco nos dio, nos parece que seguimos confundido de esos estímulos que teníamos a tanto esfuerzo, que buscaríamos tan perdido que el argumento se ha esfumado y la razón era vivir acorde con el entorno, es l que hay... tasio...
LA FOTO, corresponde a nuestros principios por este FORO, cuando no éramos tan escrupulosos de no dejar foto sin comentario o utilización, podemos divisar LA ISLA por el poco caudal de agua al que tanto apreciamos y al que tantas veces en bicicletas acudimos para bañarnos entre piedras y algunas culebras, entonces teníamos instintos de supervivencia, hoy estamos instalados en la comodidad que nos enfangamos en playas de arenas de gano fino, donde si un solitario gorrón pisamos ponemos el grito en el cielo, con la perdida de memoria se nos olvida lo que teniamo que hacer y forzar para conseguir un baño de agua verdina y fiscos flotando, pues si lo hacíamos para quitarnos el calor pero ahora no estamos nada seguro, subir las cuestas del Salor con piñón fijo no las de las actualidad que tenemos para elegir según pendiente, algunas veces con acompañante en el trasportín al que tanto juego se le sacaba, con aguaderas, sacos de pan y variados, costales de bellotas, o simplemente para transportar el amigo.
Volviendo al tema principal la vuelta la hacíamos empapada de sudor, el refresco del agua para poco nos dio, nos parece que seguimos confundido de esos estímulos que teníamos a tanto esfuerzo, que buscaríamos tan perdido que el argumento se ha esfumado y la razón era vivir acorde con el entorno, es l que hay... tasio...